Por Andrea Moreno Espinosa

La gripe aviar, la porcina, el hanta y ahora el COVID-19, son enfermedades zoonóticas. Transmitidas de animales a humanos, por la responsabilidad de ellos mismos. Es la causa, de un problema que genera pérdidas en la biodiversidad, de paisaje y destrucción de la naturaleza.

Es decir, si hay un buen manejo y monitoreo de estas áreas se pueden prevenir gran parte de los males que afectan al mundo entero. Es la premisa planteada por un estudio de Science, en el que analizan dos escenarios: deforestación y consumo de especies exóticas. En ellos el impacto sanitario, social y económico que significan, es tremendo.

El primer efecto devastador ocurre en los bosques por la deforestación. El sitio publica que a medida que esto ocurre, la abundancia de animales domésticos y humanos supera rápidamente a la de los animales salvajes, por lo que, aunque esperan que la transmisión disminuya, la magnitud de cualquier brote resultante es mayor.

Lee también: Los graves incendios en Siberia que reflejan la gravedad de la crisis climática

Situaciones que vemos tan comunes como la construcción de carreteras, caminos, minería, el acercamiento urbano y migración, son factores que alteran el ciclo natural y como un efecto dominó, las mascotas y la medicina tradicional son un camino directo de contagio.

Para Futuro360, el doctor Christian Palavecino, académico e investigador UCEN, afirma que este artículo relata algo que se venía observando desde hace ya un tiempo y apunta a la relación -cada vez más estrecha- que se está estableciendo entre seres humanos y su contacto con la vida silvestre.

“Debido a la penetración que está teniendo la ciudad y personas en estos ambientes que solían ser silvestres, se entra en contacto cada vez más con estos animales. Ellos desarrollan sus propias enfermedades, virus, bacterias, los cuales en muy pocas ocasiones habían entrado en contacto con seres humanos. Las veces que ocurría era con poca frecuencia de manera que no se establecía un contacto lo suficientemente estrecho para que esos microorganismos puedan pasar a gran cantidad de personas”, afirmó Palavecino.

Además aclara que un 25% del gasto que se ha tenido que incurrir en el combate en el coronavirus, hubiésemos podido prevenir no sólo esta, muchas otras epidemias y pandemias, que podrían generarse desde las selvas o sitios despoblados.

En relación al segundo punto de consumo de vida silvestre, Christian Palavecino menciona que los costos en los cuales hemos tenido que incurrir para defendernos, pudieron disminuir, al gastar mucho menos dinero en prevenirlo. Como por ejemplo, normas estrictas para el control del comercio de la vida silvestre.

“Si bien es cierto en China es común el consumo de carne de casería, los controles que se podían hacer respecto al origen, pudo ahorrarnos muchos problemas. Otra forma de reducir el contacto, sería mantener esos ambientes libres de seres humanos,  disminuir la deforestación, porque a la medida que ocurra, empujamos a los animales a que se acerquen a la ciudad o centros más poblados”, concluyó Palavecino.

Lee también: Uno de los lugares más fríos del mundo registró un récord histórico 38ºC en el Ártico

Como conclusión de Science, plantean que la inversión es fundamental y mucho menos trágica para todos, sostenible para el medioambiente y la economía.

Los costos brutos estimados de las acciones que proponemos suman un total de $22 a $31 mil millones por año. La reducción de la deforestación tiene el beneficio adicional de alrededor de $4 mil millones por año en beneficios sociales de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que los costos netos de prevención oscilan entre $18 y $27 mil millones por año. En comparación, COVID-19 nos ha demostrado el inmenso costo potencial de una pandemia. El mundo puede perder al menos $ 5 billones en PIB en 2020, y la disposición a pagar por las vidas perdidas constituye muchos billones adicionales.

Sin duda, la pandemia por coronavirus marcó un antes y un después en todo ámbito. En cuanto a ecología, quizás es una oportunidad para replantear cuan destructivo es el manejo actual, de zonas que están prácticamente al borde de la extinción.

Tags:

Deja tu comentario


Sigue la cobertura en CNN Chile