El año 2019 fue especialmente duro para los koalas australianos debido a los incendios forestales que afectaron este lugar reconocido por su biodiversidad. Sin embargo, una investigación reveló que su sobrevivencia lleva amenazada mucho más tiempo.
Los científicos concluyeron que esta especie presenta un grave riesgo de extinción debido al estrés provocado en su sistema inmunológico. Este estrés se debe principalmente a factores humanos.
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A los incendios hay que sumarle la fragmentación de su hábitat, las colisiones de vehículos y los ataques de perros. Todos ellos dañan a los koalas y han empeorado durante la última década.
El estudio publicado en la revista PLOS ONE recalcó que todos estos factores influyen directamente en la disminución de la población de esta especie y en un aumento de las enfermedades entre ellos.
Para llegar a estos resultados, los científicos analizaron 29 años de datos sobre avistamientos e ingresos hospitalarios de estos icónicos animales en tres grupos de rescate de vida silvestre australianos.
Crédito: John Moore/Getty Images
“En los últimos 10 años, podemos ver que los rescates de koalas aumentaron significativamente porque se están descubriendo más koalas al aire libre y en el suelo”, manifestó Edward Narayan, autor principal del estudio.
Lo anterior se debe a que estos animales dependen de los eucaliptos, los cuales usan como alimento, refugio y lugar de reproducción. Lamentablemente, la degradación ambiental, el aumento de las temperaturas mundiales y las sequías causan que más koalas caigan al suelo porque las hojas de los árboles se secan o no tienen suficiente agua o nutrientes.
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A pesar de las lesiones y muertes de especímenes debido a la pérdida de hábitat y al impacto humano, el autor principal enfatizó que el principal peligro deriva del estrés crónico a largo plazo que daña su sistema inmunológico.
“Los seres humanos tienen todos estos mecanismos artificiales para hacer frente al estrés (…) el problema es que la mayoría de los animales pequeños son buenos para ocultar su miedo. No se puede saber si un animal está enfermo o no a menos que esté muy enfermo“, concluyó Nayaran.
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