En 2019, mientras cursaba cuarto medio, Jorge Miles se encontraba mirando por la ventana de su colegio cuando algo peculiar captó su atención: unas plantas en buen estado crecían en maceteros hechos de neumáticos desgastados. Intrigado por este fenómeno, Jorge se preguntó si podría haber microorganismos responsables de descomponer el caucho.
Este curioso hallazgo se convirtió en el punto de partida de una exhaustiva investigación. Junto a su equipo, Jorge decidió explorar la posibilidad de que microorganismos estuvieran “comiéndose” los neumáticos. Así, comenzaron a recolectar muestras de agua y tierra en basurales y puertos de San Antonio, con el objetivo de aislar y analizar estos posibles descomponedores naturales del caucho.
El proceso de investigación se extendió durante varios meses, incluso después de que Jorge terminara el colegio. Tras poner las muestras a prueba en cultivos sólidos y líquidos, el equipo observó que el peso de los neumáticos se reducía mientras que las bacterias aumentaban de tamaño. Habían encontrado bacterias capaces de degradar el caucho.
La investigación de Jorge fue presentada en el concurso Falling Walls Chile, organizado por la Fundación Ciencia Joven.
El rol de la Fundación Ciencia Joven
Jorge postuló su investigación al concurso Falling Walls Chile -organizado, entre otros, por Fundación Ciencia Joven– y ganó el primer lugar. Eso le permitió presentar su idea en la edición que se realiza en Alemania frente a un grupo de evaluadores entre los que habían premios nobel y astronautas. Terminó ganando el Audience Award (premio del público).
Si bien Jorge identifica una serie de factores que lo ayudaron en todo el proceso, destaca por sobre todo el impulso que le entregó la Fundación Ciencia Joven para involucrarse en el quehacer científico.
“Para mí, Ciencia Joven fue realmente importante para darme la oportunidad de participar en el Campamento Kimlu 2015. Fue un antes y un después que permitió que a futuro yo cambiara el switch y empezara a generar ideas en torno al mundo de las ciencias. Es una oportunidad que se la tenemos que dar a más niños de toda Latinoamérica”, explica.
Ese es precisamente el objetivo de la fundación que hoy ya cuenta con 12 años de trayectoria acercando las ciencias a más de 7.000 niños, niñas y adolescentes en 11 países de Latinoamérica.
“Desde Ciencia Joven queremos democratizar las habilidades STEM acercando programas de educación científica a miles de jóvenes en la región. Así, buscamos movilizar y motivar a las y los jóvenes para que entren a este ecosistema y entre todas y todos pongamos a la ciencia al servicio de resolver los desafíos de nuestra sociedad”, asegura Isabel Franco, directora ejecutiva de la fundación.
Jorge Miles es un claro ejemplo de cómo la curiosidad y el apoyo adecuado pueden llevar a descubrimientos significativos que no sólo contribuyen al conocimiento científico, sino que también tienen el potencial de resolver problemas ambientales críticos.
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