Tras nueve meses de trabajo, la empresa Tokyo Electric Power Company Holdings (TEPCO) se encuentra en los últimos ajustes de la construcción de un túnel submarino de un kilómetro que será el responsable de verter el agua contaminada de la central Fukushima al océano.
En 2021, el primer ministro japonés, Yoshihide Suga, anunció los planes para liberar el agua contaminada que está acumulada en la planta nuclear Fukushima I al océano Pacífico, una polémica iniciativa que podría afectar gravemente la biodiversidad marina y la economía pesquera local.
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Ahora, la reguladora japonesa dio luz verde a la liberación de aproximadamente 1,4 millones de litros de aguas residuales radiactivas en 2023.
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Según la reguladora, los riesgos ambientales son mínimos, sin embargo, esto posee altos niveles de tritio, un subproducto potencialmente cancerígeno que amenazaría a los ecosistemas acuáticos y las comunidades vecinas.
Incluso, países vecinos como China y Corea del Sur criticaron y expresaron su descontento con este plan.
TEPCO detalló que seleccionaron más de 60 isótopos para el tratamiento para reducirlos con los estándares de seguridad, a excepción del tritio.
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