El Ministerio de Alimentación, Agricultura y Pesca de Islandia anunció la reanudación de la caza comercial de ballenas, tras finalizar una prohibición temporal introducida en 2023.
La medida fue anunciada, luego un informe encargado por el gobierno en el que se afirmaba que los cetáceos de la especie Balaenoptera physalus tarda demasiado tiempo en morir tras ser arponeado, a veces incluso horas, incumpliendo su ley sobre bienestar animal.
“Reanudar la caza comercial de ballenas es un paso en la dirección equivocada para Islandia”, declaró Chris Johnson, líder mundial de la Iniciativa para la Protección de Ballenas y Delfines de WWF en un comunicado.
La entidad expresó su “decepción y preocupación” por la reciente decisión, que supuestamente se realizará bajo estrictas condiciones.
“Los rorcuales comunes son el segundo animal más grande de la Tierra, están clasificados como ‘vulnerables’ por la UICN y se encuentran en todos los grandes océanos, desde las regiones tropicales a las polares”, explicó el experto.
Como detalla Yacqueline Montecinos, coordinadora de la iniciativa Corredor Azul del Pacífico de WWF y coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas de WWF Chile, la ballena “es una de las especies que aún nos falta mucho por conocer, existe información de algunas áreas de alimentación importantes, como la que tenemos en el Archipiélago de Humboldt en Chile, que es parte del Corredor Azul”.
A nivel global, según Montecinos, no conocemos mucho de sus áreas reproductivas, por ejemplo, o de sus tamaños poblacionales reales por océano. Esto hace que sea una “tremenda irresponsabilidad el restablecimiento de la caza” cuando no logramos dimensionar los potenciales impactos negativos que se generarán sobre esta población en particular, pero también sobre la especie a nivel mundial.
“Cada vez hay más pruebas científicas que demuestran que los grandes rorcuales favorecen la productividad de los océanos y, a través de esta, sustentan el gran rol como secuestrador de carbono que tienen los océanos (…)”, agregó Johnson.
Sólo una empresa ballenera, Hvalur, sigue operativa en el país. Su permiso para cazar rorcuales expira en diciembre de 2023. Cada vez preocupa más que esta decisión ponga en entredicho la retirada progresiva de la caza de ballenas a largo plazo.
“Islandia aún tiene la oportunidad de tomar la decisión correcta y poner fin a la caza comercial de ballenas a finales de 2023, en consonancia con la comunidad internacional y la moratoria mundial de la Comisión Ballenera Internacional sobre la caza comercial de ballenas. Tenemos la responsabilidad colectiva de salvaguardar los rorcuales comunes para las generaciones futuras”, puntualizó el experto.
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