(CNN) – Conducir hasta Derna de madrugada fue como llegar a una ciudad fantasma. La ciudad, diezmada por las inundaciones repentinas que arrasaron casas y calles a principios de esta semana, estaba inquietantemente silenciosa.
Incluso de noche, los daños y la destrucción se veían por todas partes. A la luz del día, se veía una escena de devastación total.
Nuestro equipo, que viajó a la zona con el Ejército Nacional Libio, tuvo la sensación de entrar en una zona de guerra en la que habían estallado enormes bombas.
Se cree que más de 5.000 personas han muerto y miles más están desaparecidas, aunque las estimaciones de los distintos funcionarios libios y grupos de ayuda varían y se espera que el número de víctimas aumente.
Todas las personas con las que CNN habló en Derna temen y creen que el número de víctimas mortales aumentará significativamente en los próximos días.
Los funcionarios nos dijeron que la destrucción y la pérdida de vidas se produjeron en el lapso de 90 minutos aproximadamente después de que las dos presas situadas sobre Derna reventaron, enviando las aguas de la inundación a través de la ciudad, arrasando barrios enteros, hogares e infraestructuras, y arrastrándolos hacia el mar.
La gente está conmocionada. Este es un país que ha experimentado años de agitación desde el derrocamiento del régimen de Moammar Gadhafi en 2011, pero el desastre ha golpeado duramente a los libios.
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— Futuro 360 (@futuro_360) September 12, 2023
Dicen que aún no pueden comprender lo ocurrido. Están acostumbrados a la guerra y a la muerte, pero nada podría haberles preparado para esto: sienten como si toda una ciudad hubiera sido arrasada.
Conduciendo por una de las entradas de la ciudad a primera hora, había un gran tablón escrito a mano en el que se leía “Derna triste”. Dos jóvenes estaban sentados junto a él, alrededor de una fogata, en una calle por lo demás en penumbra, con los pies cubiertos de barro y la ropa llena de polvo. Saludaron a la escolta del Ejército, sonrieron e hicieron el gesto de la “V” con la mano.
Los funcionarios de la ciudad se ocupan de las labores de búsqueda y rescate, recuperación, drenaje del agua de las inundaciones y ayuda a los desplazados, situaciones que nunca antes habían afrontado.
Un funcionario dijo a CNN que no cree que la búsqueda de sobrevivientes haya terminado. Las autoridades libias afirman que siguen apareciendo cadáveres en las costas de Derna, días después de que el muro de agua arrasó la ciudad.
En las aguas del Mediterráneo también se pueden ver los escombros de la vida de la gente: casas, marcos de puertas, ventanas, muebles, ropa, coches… todo.
Mientras tanto, al menos 30.000 personas han sido desplazadas, informó este jueves la Organización Internacional para las Migraciones. Crece la preocupación por el bienestar de los sobrevivientes.
El jefe de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja en Libia dijo que los residentes tardarán “muchos meses, tal vez años” en recuperarse de la devastación causada por las fuertes lluvias de la tormenta Daniel.
Las inundaciones han dañado carreteras y puentes, dificultando el acceso a la ciudad y sus alrededores. Este jueves por la noche se tardó más de siete horas en conducir desde el aeropuerto de Bengasi hasta Derna, un trayecto que normalmente llevaría tres horas.
Esto, combinado con una situación de seguridad incierta, dificulta el paso de la ayuda humanitaria. Sin embargo, algunos libios han manifestado a CNN su sensación de que esta tragedia ha unido a un país dividido, al menos por ahora.
Libia ha estado desgarrada por la agitación política desde que estalló la guerra civil en 2014, y ahora tiene dos gobiernos rivales: el gobierno respaldado por el parlamento oriental en Bengasi y el gobierno reconocido internacionalmente en Trípoli.
Pero en el trayecto desde Bengasi se podía ver muchos coches procedentes de distintas ciudades de toda Libia, desde el extremo occidental y las montañas occidentales, o la ciudad costera de Misrata, hasta el sur, llevando voluntarios o proporcionando ayuda.
Algunos conductores habían pintado sus autos con spray o llevaban banderas ondeantes con una frase que podría traducirse como “solidaridad fraternal” o “apresurarse en ayuda de nuestros hermanos”.
Los voluntarios que llegan a Derna desde todo el país intentan ayudar en las tareas de recuperación. Pero algunos dijeron a CNN que no estaban equipados para hacer frente a este tipo de situación.
Un joven describió cómo los voluntarios se ataban cuerdas al cuerpo para sumergirse en el mar y sacar cadáveres. Contó que él solo había sacado 40 cuerpos en el transcurso de un día.
Los voluntarios dicen que necesitan equipos pesados que puedan sacar del mar objetos grandes, como autos que se teme que contengan cadáveres. Necesitan buzos y equipos de buceo, dicen.
Hay algo de apoyo internacional, incluido un equipo de rescate turco en un bote inflable. Pero ni de lejos es suficiente para hacer frente a este desastre.
Y al aterrizar en el aeropuerto de Benina, en Bengasi, no parecía haber una gran afluencia de ayuda, como cabría esperar tras una catástrofe de esta magnitud.
Sin embargo, los responsables del Ejército Nacional Libio afirmaron que el apoyo que han recibido de los países que han enviado equipos les ha ayudado a hacer frente a una situación sin precedentes.
“Dolor inmenso”
Mohammad Shteiwi, un activista de las redes sociales de Misrata que llegó a Derna para ayudar en las operaciones de rescate, dijo a CNN que había visto a equipos internacionales de buceo sacar del agua ocho cuerpos este viernes por la tarde.
“Los buzos me dijeron que habían visto cientos de cadáveres a unos 15 o 20 kilómetros al este desde el puerto de Derna”, dijo en una llamada telefónica.
“He visto muchos cadáveres en los últimos dos días. Conté al menos 200 cadáveres que habían aparecido en la orilla. Eran cuerpos que estaban en edificios, se los tragó el mar y los empujó hasta la orilla. Las estadísticas no son exactas, hay muchas cifras flotando por ahí. Todo lo que puedo decirles es que las operaciones continúan. Yo mismo he sacado cadáveres”, dijo.
Shteiwi afirmó que le “duele el corazón por todos los que se han perdido”, pero que veía una señal positiva en la unión de los libios del este y el oeste.
“Las fuerzas de seguridad que antes estaban separadas ahora trabajan juntas, como si esas diferencias fueran cosa del pasado. Duele ver que esta unificación es el resultado de una inmensa miseria y un inmenso dolor”.
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