Los devastadores incendios que azotaron a Australia durante cinco meses, dejaron no solo millones de animales muertos y cientos de hectáreas arrasadas, las llamas afectaron a más de casi 18 millones de personas, lo que representa tres cuartas partes de su población, según un estudio que realizó la Universidad Nacional de Australia.
Esto significa que tres de cada cuatro australianos perdieron total o parcialmente sus hogares, estuvieron expuestos directamente al fuego y al humo, o se vieron obligados a desplazarse, por la mortal crisis de incendios forestales del país.
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Los científicos dicen que los incendios fueron alimentados por la sequía y las condiciones climáticas desfavorables que se vieron exacerbadas por el cambio climático. El primer ministro Scott Morrison fue criticado por irse de vacaciones a Hawai en medio del desastre y se negó a descartar recortes más profundos a las emisiones de carbono .
“Casi todos los australianos se han visto afectados por estos incendios y muchos de nosotros sufriremos las consecuencias durante los próximos años”, explicó Nicholas Biddle, investigador de ciencias sociales.
Con un saldo de 30 personas fallecidas, unas 10 millones de hectáreas quemadas, una superficie que equivale al territorio de Hungría, y la impactante cifra de más mil millones de animales muertos, los incendios forestales en Australia se cuentan entre las peores tragedias ambientales registradas.
La encuesta, publicada el martes, también registró una caída en la confianza de sus ciudadanos hacia el gobierno, con más del 70% de personas que no confían el gobierno australiano. También se evidenció una desaprobación marcada sobre los proyectos de carbón.
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“Solo el 27 por ciento de los encuestados informaron que confiaban o confiaban mucho en el gobierno“, dijo Biddle, una caída de 11 puntos porcentuales en tres meses. “Este es uno de los mayores descensos en la confianza que he visto en un período de tiempo tan corto”, dijo.
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