(CNN) – Desde mediados de julio, la Antártida ha experimentado una ola de calor sin precedentes, con temperaturas en algunas áreas hasta 28 grados Celsius por encima de lo habitual. Este aumento inusitado de temperaturas podría continuar hasta la primera mitad de agosto.

En la Antártida Oriental, las temperaturas que normalmente varían entre -50 y -60 grados Celsius ahora están entre -25 y -30 grados. Este cambio es alarmante, considerando que la Antártida es clave para la estabilidad del nivel del mar global debido a la cantidad de hielo que almacena.

El calentamiento durante el invierno antártico es preocupante porque podría dejar al continente menos preparado para su temporada más calurosa, el verano, aumentando el riesgo de derretimiento. David Mikolajczyk, meteorólogo investigador, indicó que esto podría alterar las circulaciones oceánicas globales, cruciales para el clima del planeta.

La ruptura del vórtice polar del sur es una de las principales causas de esta ola de calor, un evento que, según Thomas Bracegirdle de la British Antarctic Survey, se espera que ocurra una vez cada dos décadas. El vórtice polar, que normalmente mantiene el aire frío sobre la Antártida, se ha debilitado, permitiendo que el aire caliente invada la región.

Este fenómeno no es aislado. En marzo de 2022, la Antártida también experimentó una ola de calor extrema con temperaturas hasta 39 grados por encima de lo normal. Estudios sugieren que el cambio climático contribuyó significativamente a estos eventos y podría exacerbar futuras olas de calor.

La reciente ola de calor plantea un riesgo significativo para la capa de hielo antártica, con posibles consecuencias catastróficas para el nivel del mar global. La Antártida ya ha perdido un 280% más de masa de hielo en las décadas de 2000 y 2010 en comparación con las de 1980 y 1990, lo que subraya la urgencia de abordar el cambio climático.

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