El domingo pasado se dio inicio a la edición 27 de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, que comenzó en el balneario de Sharm el-Sheikh, Egipto, un encuentro internacional de 198 partes que tiene el desafío de incrementar la lucha climática en un complejo escenario político y económico.
Uno de los ejes principales es la responsabilidad de la parte norte del mundo y su labor para ayudar a los países en desarrollo en su vía hacia la transición ecológica. Autoridades de América Latina y El Caribe han insistido en el avance de la aridez, la sequía agrícola en la región y también en la importancia de la reconstrucción del Amazonas.
Porque una cosa es segura, el foco del evento está centrado en las pérdidas y daños ante la degradación ambiental, lo que se traduce en que países desarrollados, que han emitido la mayor cantidad de gases de efecto invernadero (GEI), tienen el deber de financiar a los países pobres golpeados por las consecuencias de los desastres climáticos que no crearon.
Desde el extremo nordeste de África, Estefanía González, directora de campañas de Greenpeace Chile conversó con Futuro 360 para evaluar estos cuatro días del encuentro medioambiental que se extenderá hasta el 18 de noviembre.
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“La verdad es que estos primeros días han sido bastante intensos. Hubo un debate por definir cuál iba a ser la agenda de la cumbre del cambio climático y acá surge uno de los temas relevantes, que marca diferencias con otras COP y es que por primera vez el eje de las pérdidas y daños es incluido de manera formal dentro de la agenda“, señaló.
Nuestro país fue elegido junto a Alemania para liderar la mesa de discusión sobre las pérdidas y daños que ha ocasionado la crisis climática alrededor del mundo. La demanda ha estado sobre la mesa desde que comenzaron las COP, es decir, a principios de la década de los noventa.
–¿Qué les parece que Chile juegue un rol importante en el área de perdidas y daños? ¿hay resistencias?
–La presidencia de Egipto le ha pedido a Alemania y a Chile a través de la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, que ayude a facilitar la discusión sobre pérdidas y daños. El rol que puede tener el país facilitando la discusión, representando la voz del sur global (…) de poder acordar en esta COP (porque ya se nos acabó el tiempo) un mecanismo financiero para pérdidas y daños es una de las grandes prioridades. Hay muchas resistencias por parte del primer mundo, no están cumpliendo con los compromisos financieros (…). Hemos escuchado anuncios, pero que no es nuevo, están moviendo financiamiento que ya tenían comprometido desde antes.
-Los países en desarrollo y del sur global necesitan financiación climática, desde Greenpeace ¿creen que las discusiones van en buen camino?
–Esta COP27 toca varios temas relevantes, por un lado los históricos compromisos sobre mitigación, que han sido insuficientes para enfrentar la crisis climática. Si hoy en día estamos requiriendo financiamiento para poder hacernos cargos de lo que ha generado el cambio climático, es porque los países no han cumplido y no han hecho los compromisos suficientes para desfosilizar las economías.
En esa línea, la probabilidad de que la temperatura media de la Tierra llegue a punto de inflexión crucial se está incrementado, según un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Lo advirtió el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés): con 1,5 grados Celsius aumentará de manera drástica el riesgo de sequías extremas, incendios forestales, inundaciones y escasez de alimentos.
“Hoy en día debemos entender que la temperatura del planeta se debe mantener en un límite 1,5° y con las políticas actuales que tienen los países en el mundo, estamos llegando a un escenario de 3° grados, el doble, lo que trae consecuencias catastróficas que no van a ocurrir en el futuro, sino que ya están ocurriendo en este momento y eso es lo que tiene que ver con lo que se está exigiendo en esta COP”, explicó González.
Para la coordinadora de campañas, el que la COP se realice en el continente africano también tiene otra connotación. África es responsable de menos del 4% de las emisiones mundiales, pero sus habitantes padecen gran parte de las consecuencias. “Esta es una COP africana y eso está poniendo el acento en las necesidades del sur global, de los países más vulnerables. Este modelo de crecimiento con economías basadas en la extracción y quema de combustibles fósiles, además de tener un montón de impactos a nivel local, como el caso de Chile en las zonas de sacrificio, también está generando impactos en los países más vulnerables (…) y hay lugares que no se alcanzaron a adaptar y que ya están sufriendo pérdidas que son irrecuperables. Es ahí donde se tienen que mover flujos financieros y que los contaminantes paguen“, sostuvo.
De hecho, los países ricos deben demostrar que están trabajando para cumplir su promesa de movilizar 100 mil millones de dólares por año en financiamiento público y privado para el clima, además de crear planes para ampliarlo. Esta promesa está en jaque, según González.
“No se han conseguido. El primer gran llamado es que los países cumplan el financiamiento ya comprometido, pero también se está discutiendo una nueva meta de financiamiento que empiece a funcionar desde 2025. Para eso debemos aumentar la calidad del financiamiento e incorporar un ítem específico para pérdidas y daños”, sostuvo.
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-¿Qué opinas del lanzamiento de la Alianza de Líderes Forestales Climáticos? ¿Es una buena señal?
–Esto viene desde la COP anterior, de Glasgow, donde hubo unos cuántos líderes que acordaron un gran acuerdo por los bosques que en la práctica significaba que vamos a seguir desforestando. Si estas alianzas no están comprometiéndose de manera real con la protección de la biodiversidad (…), en un contexto donde los bosques y los ecosistemas son parte de la solución al cambio climático, estamos perdidos. Muchos de estos anuncios, cuando uno los ve en detalle no van hacia políticas reales (…).
Hay lugares que no se alcanzaron a adaptar y que ya están sufriendo pérdidas que son irrecuperables. Es ahí donde se tienen que mover flujos financieros y que los contaminantes paguen – Estefanía González.
La conferencia de Sharm el-Sheij tampoco se ha librado de controversias. La opinión pública no perdonó que Coca-Cola sea una de las empresas que apoyan la cumbre y también llamó la atención el amplio uso de jets privados por parte de los asistentes.
¿Qué te parece que una compañía como Coca-Cola aparezca como sponsor de la COP27? ¿es una contradicción?
–No puede ser que el mayor contaminador de plásticos en el mundo, según todas las auditorias de marcas globales que se han realizado, esté siendo el patrocinador de la cumbre de cambio climático. Coca Cola produce 120 mil millones de botellas de plásticos desechables al año y tenemos que saber que el 99% de los plásticos se fabrican a partir de los combustibles fósiles lo cual empeora tanto la crisis por contaminación por plásticos, como también por crisis climática. Si Coca Cola quisiera resolver una crisis climática, no puede venir hacer un greenwashing a la cumbre de cambio climático, sino debiese (…) cerrarle el grifo a la producción de plásticos. Es una pésima señal.
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