Las hermanas más pequeñas de los problemáticos microplásticos, las nanopartículas, se han convertido en un gran problema para el ecosistema y los animales.
Para los científicos, poder rastrear estos microplásticos que miden menos de 5 mm, es notoriamente difícil.
Estudios ya han demostrado que estos plásticos nanómetros tienen la capacidad de detener el crecimiento de las plantas hasta provocar la muerte de animales marinos.
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Ahora, como una forma de detectar los microplásticos detectados en el agua potable, crearon tres diferentes técnicas:
- Filtración de carbón activado.
- Ozonización: el ozono se infunde químicamente en el agua para tratarla y desinfectarla.
- Filtración lenta en arena.
Fue la última técnica la elegida por el equipo, una que incluye una capa de grava, arena y una capa biológicamente activa en su superficie, la cual incluye gusanos y bacterias.
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¿Cómo filtran los nanoplásticos?
El equipo detalla en su estudio, publicado en la revista Journal of Hazardous Materials, que etiquetaron a los nanoplásticos con el elemento químico paladio y se agregó agua sin tratar. Esto permitió rastrear el viaje.
De las tres técnicas estudiadas, fue la filtración lenta en arena la que “dominó” la eliminación de nanopartículas plásticas con una eficacia del 99,9%.
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