Todos podemos combatir el cambio climático, solo basta con cambiar algunas conductas y estaremos ayudando a salvar la tierra.
La forma en la que nos alimentamos y la manera en cómo producimos nuestra comida debe cambiar, esto lo recomiendan científicos de 52 países que realizaron más de 7 mil publicaciones de expertos sobre cómo la explotación agrícola de la tierra acentúa el calentamiento del planeta.
Por ejemplo, la comida vegana. El chef Nicolás Decarli, señala que “todos estos alimentos vienen de una alimentación basada en plantas y utilizan muy pocos recursos naturales para poder producirse, a diferencia de la alimentación moderna que consume bastantes recursos como el uso del suelo, agua, etc. Recursos que son muy mayor a diferencia de este tipo de alimentos”.
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“La forma en que producimos alimentos y comemos contribuye a la pérdida de ecosistemas naturales y a la disminución de la biodiversidad. cuando la tierra se degrada, reduce la capacidad del suelo para absorber carbono y esto exacerba el cambio climático y a su vez el cambio climático exacerba la degradación de la tierra “, dice Valerie Masson, climatóloga y copresidente grupo de trabajo IPCC.
12 millones de hectáreas cultivables se pierden cada año por esta causa y eso pone en peligro la producción de alimento
“Países que tienen niveles de ingreso muy alto terminan por desperdiciar, a nivel de consumidor final, este tipo de recursos con una huella ambiental que es muy alta” dice Francisco Meza, docente de la facultad de Agronomía UC.
La mitad de las cosechas se pierden antes del consumo. Según informe IPCC: el 44% de las cosechas se pierden antes del consumo. Más de 820 millones de personas pasan hambre en el mundo y 2 mil millones no tienen asegurado el sustento diario. lo que resulta vergonzoso es que un tercio de la comida que produce el planeta, se descompone en el refrigerador de las casas y termina en la basura.
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“Si las emisiones de gases invernaderos continúan aumentando o no disminuyen, muchas regiones, especialmente en los trópicos verán nuevas condiciones climáticas sin precedentes en términos de temperaturas, pero también ciclos estacionales o eventos extremos”, dice la climatóloga, Valerie Masson.
La agricultura de hoy libera la cuarta parte de los gases de efectos invernaderos que llegan a la atmósfera. La falta de agua afectará en el año 2050 a 178 millones de personas, eso si la temperatura global no sube más allá de un grado y medio, lo que hoy se ve difícil.
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