Lluvias: Mejora el panorama pero la sequía sigue - (03:02)
Las reservas de agua de nuestro planeta son un recurso impresionantemente valioso que necesitamos proteger, y preocupantes nuevas cifras muestran que entre el 30% y el 50% de estas reservas están siendo robadas – lo que significa que no están siendo pagadas ni contadas.
Este robo ocurre cuando las personas y compañías obtienen el preciado recurso ilegalmente, en muchas ocasiones por la actividad agrícola. Esto podría traducirse en tomas de agua que van en contra de las guías medioambientales.
La situación no es nueva, pero la gran mayoría de las personas lo ignora. Este reporte revisa el asunto y entrega algunas ideas para poder resolver este problema sistemático.
¿La conclusión? Mientras los individuos y compañías están realizando el robo, el recientemente publicado estudio apunta a los marcos políticos, legales e institucionales que no están funcionando apropiadamente para proteger el recurso.
Lee también: Extracción masiva del musgo “pompón” hace peligrar reservorio de agua en Chiloé
Las causas más profundas del robo de aguas no están siendo correctamente tratadas. Según los investigadores, el valor del agua no está siendo apreciado y las acciones ilegales no están siendo correctamente atacadas – problemáticas que se traducen en una gran pérdida hídrica anual.
“Las faltas de agua están ocurriendo en todos los continentes, lo que empeora por el cambio climático”, escriben los investigadores en su paper.
“Refiriéndonos a los conductores del robo en una escala individual, podríamos prevenir un daño irreversible hacia todos los consumidores” , agregan.
Existen debates sobre lo que se podría considerar como un “robo hídrico” – o incluso si siquiera existe el concepto, ya que el agua es un recurso al que todo debemos tener acceso.
Sin embargo, el equipo indagó en tres estudios de casos sobre uso indebido de agua: plantaciones de marihuana en California, frutillas en España y algodón en Australia.
Lee también: Ulrike Broschek: “El problema del agua no se había visto con el énfasis que debiera”
Y aunque estos casos varían ampliamente, tanto en cuanto a normas sociales como a regulaciones locales, los expertos fueron capaces de destacar algunas problemáticas comunes.
Las tres actividades utilizan una gran cantidad de agua, y todos los casos de estudio demostraron los efectos en el mercado que pueden tener los robos hídricos: robar agua provoca muchas ganancias, en comparación con seguir las regulaciones medioambientales.
Sin embargo, el estudio sugiere que la inseguridad sobre las reservas hídricas, causadas tanto por los impactos humanos como por las variaciones naturales de las precipitaciones, es uno de los conductores clave del robo del agua.
El paper, publicado en Nature Sustainability sugiere que la mejor forma de regular la situación es aumentar las medidas contra este tipo de delitos y, como sociedad, denunciar estos hechos. Algo que se hace sumamente importante en un contexto de sequía y calentamiento global.
Deja tu comentario