Estudio confirmó que las burbujas nasales de los lagartos anolis les permiten respirar bajo el agua

Científicos de la Universidad de Toronto (UofT), en Canadá, verificaron en su nuevo estudio que los lagartos, específicamente los anolis, pueden respirar oxígeno desde el interior de una burbuja sobre sus fosas nasales y les permiten estar sumergidos hasta 18 minutos.

Esa capacidad es conocida como “reinspiración” les permite escapar de los depredadores terrestres.

El equipo observó este fenómeno en 2009, pero tras una nueva investigación en Costa Rica, Colombia y México, estudiaron a seis especies de anolis semiacuáticos.

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Los expertos confirmaron que cuando estos animales se sumergen en el agua, respiran el contenido de oxígeno conservado en las burbujas, la cual va disminuyendo mientras más tiempo pasan bajo el agua.

Asimismo, sugieren que el dióxido de carbono exhalado se puede dispersar desde la burbuja hacia el agua, evitando que los anolis lo vuelvan a inhalar.

Pese a que enfatizan que necesitan realizar más investigaciones, señalan que las burbujas actúan como una tráquea, absorbiendo el oxígeno del agua.

Lagarto anoli tras salir del agua, luce su burbuja de oxígeno. Crédito: Lindsey Swierk

En cuanto al fenómeno de la dispersión de CO₂ como la absorción de oxígeno, se ha registrado en las burbujas de aire que producen los escarabajos de agua.

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Los resultados del estudio, publicado en la revista Current Biology, son muy preliminares para conducir a alguna innovación humana.

Pero, “la biomimetización de la reinhalación puede ser una propuesta interesante para varios campos, incluida la tecnología de reinhalación de buceo, que motivó nuestro nombre de este fenómeno”, argumentó Chris Boccia, biólogo de UofT y líder de la investigación.

Los anolis

Estos animales poseen una piel hidrofóbica, esto quiere decir que pueden repeler el agua, y en la vida cotidiana, según los autores esto lo puede ayudar a protegerse de la lluvia y los parásitos.

En algunos tipos de lagartos anolis semiacuáticos, se puede observar esta burbuja de aire exhalado que se adhiere a la piel, por encima de sus fosas nasales cuando se sumergen bajo el agua.