La cantidad de población indígena en los Estados Unidos va entre 2,5 y 6 millones de personas y de ellas, el 20% vive en áreas indias americanas o aldeas nativas de Alaska. Para los nativos americanos, las constantes reubicaciones forzosas y la pérdida de sus tierras, los ha dejado expuestos a los efectos del cambio climático.
Así lo reveló un estudio publicado en la revista Science, luego de siete años de investigación en la que por primera vez se cuantifica cuántas comunidades indígenas han sido empujadas a “tierras marginales”. “El despojo histórico de tierras es un factor enorme que contribuye a la vulnerabilidad extrema al cambio climático”, dijo Kyle Whyte, coautor del documento y miembro de Citizen Potawatomi Nation a The Independent.
Los autores recopilaron bases de datos de la información sobre las pérdidas de tierras de 380 pueblos, tratados y archivos federales en un periodo comprendido entre los años 1500 y 1800. En total, la cantidad de tierra se redujo en un 98,9% y 160 comunidades no tienen una base territorial reconocida por el gobierno federal en la actualidad.
“Tenemos que pensar en formas de recompensar esta historia”, dijo Justin Farrell, otro de los autores, al medio de comunicación. Además de ocupar mucha menos tierra, la mayoría de las comunidades fueron alejadas de sus emplazamientos históricos, aseguran.
Río Colorado, California y Arizona
Las comunidades Mojave, cerca de río Colorado, padecen 100 o 62 más grados Fahrenheit de temperatura que en sus tierras tradicionales. En la reserva Hopi, en Arizona, se registraron 57 días con temperaturas altas por encima de los 100 grados Fahrenheit (37,7 grados Celsius) en promedio. Los Chemehuevi, localizados a lo largo de la frontera de California (estado con mayor población indígena), experimentaron un promedio de 84 días de calor extremo adicionales.
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Esta situación hace que las comunidades indígenas se trasladen a ciudades, provocando una pérdida de su cultura y costumbres. Además, los autores observaron diferencias en el régimen de las precipitaciones, descubriendo que “la precipitación anual promedio fue casi una cuarta parte más baja en las tierras actuales que en las históricas”, se lee en la plataforma.
Entre las tribus que reciben menos precipitaciones se encuentra el Pueblo de Laguna, al oeste de Albuquerque, Nuevo México. El estudio asegura que la precipitación anual promedio en la tierra actual es aproximadamente la mitad de lo que había en sus tierras históricas.
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