El cambio climático está provocando un aumento de las temperaturas y el derretimiento acelerado de la nieve, lo que prolonga la estación veraniega cuando los bosques son más vulnerables a los incendios forestales.
Las llamas pueden tener un impacto tanto en animales vertebrados como invertebrados, por ejemplo, muerte de individuos, perdida de hábitat, territorios, refugio y alimentación (Nasi y Grahame, 2002). Pero, científicos de la Universidad de California Riverside (UCR) identificaron organismos capaces de sobrevivir tras un incendio forestal.
Se trata de hongos y bacterias con componentes en común.
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Un gran incendio en 2018
La combinación de un aumento de la cantidad de combustible natural y de las condiciones atmosféricas agravadas por el calentamiento del planeta resultó en una serie de incendios destructivos en California, en el año 2018 .
Los científicos visitaron el lugar un total de nueve veces en 2019, para comparar la tierra carbonizada con muestras de suelo cercano sin quemar de los bosques de secoyas tanoak. Sus análisis muestran que la masa total de microbios cayó entre un 50 y un 80% después del siniestro y no se recuperó durante ese primer año. Pero esto no sucedió con todos los microorganismos.
“Han compartido rasgos de adaptación que les permiten responder al fuego, y esto mejora nuestra capacidad de predecir qué microbios responderán, ya sea positiva o negativamente, a eventos como estos”, explicó a Science Daily Sydney Glassman, micólogo de la UCR y autor principal.
Las bacterias que aumentaron incluyeron actinobacterias, responsables de ayudar a que el material vegetal se descomponga. El equipo también encontró un aumento en Firmicutes, conocido por promover el crecimiento de las plantas, ayudar a controlar los patógenos y remediar los metales pesados en el suelo.
En relación a los hongos, el equipo encontró un aumento masivo en la levadura Basidioascus resistente al calor, que es capaz de degradar diferentes componentes de la madera, incluida la lignina, la parte resistente de las paredes celulares de las plantas que les da estructura y las protege de los ataques de insectos.
“Hubo cambios interesantes y distintos en los microbios a lo largo del tiempo. A medida que una especie bajaba, otra subía”, agregó Glassman.
En los primeros días, encontraron microbios con alta tolerancia al fuego y alto calor. Más tarde, descubrieron organismos de rápido crecimiento con muchas esporas, capaces de aprovechar el espacio con poca competencia microbiana.
Hacia el final de dicho año, los organismos capaces de consumir carbón vegetal y otros desechos posteriores al incendio con alto contenido de nitrógeno tendían a dominar. Otro hallazgo significativo fue que los hongos y las bacterias, aquellos que sobrevivieron al megaincendio como los que no pudieron, podrían estar relacionados genéticamente entre sí.
Los investigadores continúan probando si los hongos y bacterias que encontraron pudieron prosperar en diferentes momentos como resultado de sus rasgos únicos y variados, o si hay otra razón.
Por último, el equipo también notó que suelo tiene cierta semejanza con la respuesta del cuerpo humano al estrés. “Mucho de lo que estamos estudiando podría ser transferible a un entorno de microbioma humano”, aseguró Glassman.
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