“Hay conciencia que la situación es grave”, afirma Luis Riveros, gerente regional de Esval, la empresa sanitaria a cargo de abastecer con agua potable a cerca de 650 mil clientes en gran parte de la región de Valparaíso.
“En este momento el suministro de agua potable para la población es normal. Para mantener este servicio estamos haciendo un tremendo esfuerzo”, asegura Riveros.
“Hemos construido una cantidad de pozos importantes, de hecho, ahora obtenemos cerca del 60% del agua desde fuentes subterráneas y sólo el 40% de superficiales. Estamos concretado acuerdos con las juntas de vigilancias de los ríos Aconcagua y Maipo para cooperarnos con el abastecimiento. Acabamos de habilitar una nueva planta que toma agua en el Tranque de la Luz (Placilla) para reemplazar lo que no produce Peñuelas. Estamos comprando agua a la gente que dispone de fuentes”, enumera.
– ¿Cómo se manejará el agua del Tranque de la Luz para evitar que corra el mismo destino de Peñuelas que está seco?
“El Tranque de la Luz cuenta con unos cuatro millones de metros cúbicos de agua. Pretendemos utilizar cerca de un millón para suplir lo que no aporta Peñuelas. Eso nos dará tiempo para llegar al invierno. Ese tranque es pequeño por lo que con algunas lluvias se recuperará a diferencia de Peñuelas que es mucho más difícil de reponer por su envergadura”.
Fuente: Club de Regatas Valparaíso
En cuanto a las obras de conexión del embalse Los Aromos y la planta de tratamiento de Concón, el gerente regional de Esval anticipa que “estarán listas este año, de hecho, de los 13 kilómetros de tuberías que se necesitan ya hay 4 construidos. El nivel de Los Aromos es preocupante (19% de su capacidad). La situación es compleja, estamos ajustados”.
– ¿Hasta cuándo se puede asegurar un suministro continuo en Valparaíso y Viña del Mar?
“Todo dependerá el invierno, y eso no se sabe por el momento”.
– ¿Cuánta lluvia necesitan este invierno para no tener problemas el verano próximo?
“Si la pluviometría de los próximos años es similar a la de 2013 (370 milímetros), volveríamos a un nivel normal. Si se repite la de 2018 (250 milímetros) la situación sería ajustada, pero no tendríamos problemas hasta 2021. En cambio, si se reiteran las condiciones del año pasado (115 milímetros) la situación sería mucho más crítica”.
– ¿Cuál es la época más crítica para asegurar el abastecimiento de agua?
“Hay dos etapas difíciles. Una, el verano por la gran demanda. La otra está en los meses de abril y mayo, porque en esa época ya no hay deshielos en la cordillera y dependemos de las lluvias. En ese periodo el caudal de los ríos baja sustancialmente. Ese es otro punto delicado”.
– ¿Está asegurado el suministro para esa segunda etapa crítica?
“Sí, para el otoño está asegurado”.
– ¿La ciudadanía ha bajado su demanda de agua en la región?
“Sí, lo hemos visto en la facturación. Efectivamente ha disminuido su consumo y está cuidando más el agua”.
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