Hace algunas semanas conocimos el alarmante informe climatológico realizado por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la NASA, presentado también por la Organización Meteorológica Mundial de la ONU (OMM), el cual indica que 2021 es el sexto año más caliente de la historia.
Esto quiere decir que ni siquiera los fenómenos climatológicos como La Niña o El Niño ayudaron a enfriar las temperaturas. Al contrario, por ocho años consecutivos la temperatura de nuestro planeta ha ido en aumento, demostrando que los objetivos pactados en los Acuerdos de Kioto y los Acuerdos de París no han frenado la masiva producción de CO2, por lo que cada año las temperaturas seguirán llegando a niveles récord y, por ende, tendremos fenómenos meteorológicos mucho más potentes.
Para ahondar en este preocupante informe, en Desafío Tierra conversamos con el científico español del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, Alfonso Delgado Bonal, quien manifiesta que “lo que nos importa no es tanto el numerito del sexto, el cuarto o el quinto, sino darnos cuenta de que los ocho últimos años han sido los más calientes“.
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Y esto no solo pone en peligro a la humanidad, el ecosistema y la fauna, sino que también al olvidado y poco comentado permafrost, una región del Ártico que de acuerdo al experto es la más importante, puesto que al poseer la mayor reserva de agua dulce del planeta, tiene un efecto de feedback sencillo de entender y muy preocupante.
“Por una parte, el hielo refleja mucho la radiación, entonces, si hay un deshielo se refleja menos radiación: quiere decir que nos llega más calor que se atrapa en el océano, que calienta más la temperatura, que hace que se deshiele más y, como hay menos hielo, refleja menos y se vuelve a calentar más. Entonces, existe este círculo, este ciclo de menos hielo, más calor. Esto hace que el Ártico sufra una aceleración del deshielo como en ninguna otra parte del planeta. El calentamiento que vemos allí no lo vemos en ninguna otra parte del planeta“, explica.
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“Pero es lo mínimo que podemos permitirnos. Eso es algo que los gobiernos hacen y se comprometen a hacer. Pero día a día deberíamos tener esta consciencia de que esto nos afecta a todos, y seguir solicitando cada vez más acciones por parte de los gobiernos”, agrega.
Entonces, ¿dónde queda lo mencionado por Hansen en comparación a 2021?
Lo interesante de este informe es que demuestra que el calentamiento global no es algo nuevo. En 1988, el climatólogo y físico de la NASA James Hansen ya alertaba que el cambio climático había llegado, puesto que ese año era el más caluroso desde que la organización comenzó a obtener registros de las temperaturas globales -las cuales iniciaron en 1880-.
Para sorpresa, el licenciado en Física Teórica de la Universidad de Salamanca, España, detalla que según lo estipulado por Hansen hace 30 años, ahora estas cifras se encontrarían en la posición Nº 28 de los años más calurosos de la historia, mientras que 2021 ocupa el primer lugar.
Lamentablemente, mientras los gobiernos no se pongan de acuerdo y no ejecuten planes de acción eficaces contra el consumo de combustibles fósiles que apunten hacia la carbononeutralidad, y mientras las empresas no migren al hidrógeno verde, esto seguirá en aumento. Según el experto, “las siguientes generaciones pensarán que 2021 era un año frío”.
“¿Qué le depara a las siguientes generaciones? Lo que te puedo decir es que como todo en la vida, si las acciones no cambian, esperar que el resultado cambie… no va a cambiar”, apunta el experto.
“Se supone que por todos estos acuerdos nuestras acciones han cambiado, pero han cambiado poco menos de lo que debería. Y lo que vemos es la tendencia de que el incremento de las temperaturas no dejan de parar”, manifiesta Delgado.
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La importancia de los satélites y el proceso de realizar un informe
NOAA, en tanto, tiene un período de referencia diferente a la NASA –desde 1900 hasta el 2000– y diferentes formas de calcular, pero el resultado es el mismo: “¿Para nosotros dónde está 2021? Está 1,51 fahrenheit por encima”.
Es por ello que es importante el constante lanzamiento de satélites meteorológicos, ya que al poseer diferentes objetivos, unos pueden ser ultravioletas -para ver la contaminación- y otros infrarrojos -para ver la temperatura-. Instrumentos que toman capturas cada cinco minutos, enviando hasta las centrales altas cantidades de datos.
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NOAA lanzará en las próximas semanas a Goes-T, satélite de alta resolución que se centrará en la región de las Américas y tomará capturas cada 5 a 10 minutos.
Al poseer miles de miles de datos, el equipo debe realizar la labor de calcular el valor estadístico, el valor estándar y un montón de errores que podría haber capturado el instrumento para crear una una tendencia y, dependiendo del satélite, obtienen una tendencia de x lugar sobre la temperatura y sobre la contaminación, entregando como resultado un informe con la temperatura media global.
“Y los resultados de forma independiente entre NASA y NOAA son los mismos, porque nos dice que algo de cierto tiene que haber en todo esto”, detalla el científico.
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