Cada 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua, una fecha que este año adquiere una relevancia aún mayor debido a los desafíos que enfrenta este recurso esencial para la vida en nuestro planeta. Con 5.700 millones de personas proyectadas para vivir en áreas con estrés hídrico para el año 2050, la crisis del agua es un tema urgente que requiere atención global.
En Chile, la situación de los embalses sigue siendo crítica a pesar de las lluvias del año pasado, según advierten los expertos. Javier Urrutia, académico de la Universidad Bernardo O´Higgins (UBO), destaca que si bien las lluvias aliviaron parcialmente la escasez en algunos lugares, esto no es suficiente para contrarrestar los impactos de una crisis que ha persistido por más de una década en la zona central del país.
La escasez de agua no solo plantea desafíos ambientales, sino también conflictos sociales y políticos. Más de 3.000 millones de personas en el mundo dependen de agua que atraviesa fronteras nacionales, pero solo 24 países tienen acuerdos de cooperación para todos los recursos hídricos compartidos. Este escenario subraya la necesidad de una acción colectiva para proteger y conservar este recurso vital.
En el marco del Día Mundial del Agua, la ONU ha establecido el lema “Agua para la paz”, destacando que el acceso al agua es un derecho humano fundamental y una piedra angular para la estabilidad y el desarrollo sostenible. En este sentido, se hace un llamado a todas las naciones a unirse en torno al agua y utilizarla como un medio para construir la paz.
Para abordar la crisis del agua, se requieren políticas públicas eficaces y acciones concretas. Urrutia destaca la importancia de implementar estrategias para mitigar la extracción de aguas subterráneas y mejorar el monitoreo hídrico. Además, enfatiza en la necesidad de establecer una política de priorización en la demanda de agua durante períodos de sequía prolongada y fomentar iniciativas de recarga artificial en cuencas donde sea factible.
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