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El primer recuerdo nunca se olvida. Concentración al volante, pies inseguros y un fracasado intento de equilibrio, que a menudo dejaba más de una rodilla rasmillada. Confianza y seguridad, que sólo se lograba con la práctica. Este miércoles la celebramos y también es un buen momento para recordar anécdotas sobre ella.
Para Lake Sagaris, Doctora en Urbanismo, CEDEUS UC, la bicicleta es el eslabón perdido en una nueva cadena de transporte sustentable, limpio y sano que nos puede ayudar a abordar la crisis COVID-19 y la crisis social, simultáneamente, con buenos resultados.
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“Más de la mitad de los viajes en automóvil son de menores a cinco kilómetros, distancia que si hacemos en bicitaxi, bici pública o bici propia es menos de media hora. Al sustituir viajes motorizados, reducimos el hacinamiento en buses y transporte público, permitiendo abrir ventanas, asegurar que circule el aire para bajar la acumulación de la carga viral. Para el Metro, esto no es posible ya que la circulación del aire en estaciones y al interior de vagones es muy limitada, permitiendo acumular cargas virales mayores” nos explica Lake Sagaris.
Estamos retomando un aliado conocido. Ya en 2006, la crisis del Transantiago dejó al descubierto la gran problemática del moverse por la capital. En 2019, el estallido social, nuevamente nos hizo mirarla con otros ojos, más allá de algo recreativo
Para Juan Carlos Muñoz, director del Centro para el Desarrollo Urbano Sostenible (CEDEUS), asegura que si hay un medio de transporte que en cada crisis ha sido resiliente, esa es la bicicleta. “Para la crisis social, vimos un transporte público que se vio interrumpido, un automóvil que se veía difícil para circular, mientras que la bicicleta ofrece a sus usuarios poder llegar con bastante facilidad” nos cuenta.
Y ojo se nos olvida, un pequeño detalle. Las altas tasas de contaminación, se ven reducidas gracias a sus múltiples beneficios y su nula huella de carbono. “El cambio climático nos pide que dejemos de quemar combustibles fósiles y la bicicleta aparece como atractivo. En pandemia y enfermedades como la obesidad, esta también lo es”, explica el director de CEDEUS.
La ONU nos dice que hoy existen más de un billón de ciclistas, una cantidad importante, pero que nos llama al desafío de repensar ciudades, bajo una correcta planificación urbana.
“Este es un momento histórico donde las ciudades más visionarias -y realistas- están avanzando a pasos rápidos en la implementación de sendas para bicicletas. En Chile, Santiago, Rancagua, Chillán y Temuco cuentan con planes para peatonalizar sus centros y reducir velocidades de automóviles. Afuera, desde México, París, Bruselas, Montreal, Londres y muchas más, las ciudades que van a superar esta crisis y prosperar nuevamente están invirtiendo dinero, innovación y conocimientos en soluciones centradas en las bicicletas”, asegura Lake.
Te cuida a ti y al planeta
Otro dato: Contribuye a mejorar tu salud. Ayuda al sistema cardiovascular, aumenta el flujo sanguíneo, reduce los niveles de colesterol en la sangre y uno de los factores más importantes y escasos de estos días, te mejora el ánimo.
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En esa línea, Lake asegura que en el campo de la logística, las autoridades deberían crear estímulos y subsidios para incentivar el uso de motos eléctricas y bicis electro-asistidas, ya que la utilidad de vehículos de dos ruedas en tiempos como estos, queda claro. Pero al usar diésel o bencina convencional, estas contaminan desproporcionadamente, lo que es problemático tanto por la crisis climática, como por las partículas emitidas que facilitan la transmisión del virus.
Por eso, sin olvidar el uso de cascos y prendas vistosas para seguridad, la bicicleta nos puede ayudar a todos.
Dicen que el auto es movido con dinero y acumula grasa. Mientras, andar en bicicleta quema grasa y te ahorra dinero. Otras frases aseguran que las únicas cadenas que dan libertad, son las de de ella ¿Algún otro motivo para no ocupar tu bicileta? Sólo las ganas y a ¡pedalear!
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