Este 26 de enero y desde 1972 se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, que tiene el propósito de sensibilizar a la población en la toma consciencia sobre el desarrollo de la humanidad y la conservación de nuestro planeta.

Se instauró por primera vez tras la Declaración de Estocolmo en la Conferencia sobre el Medioambiente Humano, organizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y tres años más tarde se firmó la Carta de Belgrado, un acuerdo entre países, en donde se destacó la importancia de la educación ambiental y se trazaron metas y objetivos sobre este tema.

Desde hace más de cuatro décadas la educación ambiental se observaba como una herramienta para abordar la crisis civilizatoria. Pero parte del inicio de la fase crítica del mundo lo estamos viendo estos últimos años, donde somos testigos de las grandes olas de calor, variación climática, la reducción del agua dulce, entre otros fenómenos.

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Educación ambiental en la región

Durante los años noventa se realizaron una serie de encuentros de educación ambiental en América Latina. Uno de ellos fue el Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental en Guadalajara (México) el año 1992, el cual fue relevante para seguir avanzando en las discusiones, según datos del Ministerio de Medio Ambiente.  Los congresos regionales de educación ambiental al inicio del siglo XXI sirvieron para discutir el futuro de esta área.

En el contexto latinoamericano se recogen referencias al Buen Vivir como el Sumak Kawsay en kichwuaquechua (Ecuador-Bolivia) o el Vivir Bien, el Sumak Qamaña en aimara (Bolivia), cuyas directrices son observadas en Latinoamérica y también en los países desarrollados. En el sur del continente “la cultura mapuche desarrolla su cosmovisión a través de la observación permanente de la naturaleza, denominada el Inarrumen“.

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¿Y en Chile?

Los orígenes de la educación ambiental en Chile se remontan al trabajo que desarrollaron numerosas organizaciones ambientalistas surgidas principalmente en los años 90 y 80. El marco regulatorio, ligado a Ley N°19.300 Sobre Bases Generales del Medio Ambiente y Ley N°20.370 General de Educación (LGE) del año 2009, tiene como propósito entregar herramientas jurídicas para la ciudadanía. Sin embargo aún hace falta más incidencia en estos temas.

Es necesaria una educación pública y universal, demanda que se conecta justamente con el desarrollo sustentable para superar los desafíos mundiales. Tal como señaló el biólogo marino y ex profesor universitario, Enric Sala en la última edición de Congreso Futuro, la crisis ambiental actual constituye una de las tantas que existen, en relación al calentamiento global y la pandemia, ya que serían “caras de la misma moneda”.

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