Un equipo de científicos ha encontrado que los monos macacos rhesus (Macaca mulatta) pueden categorizar algo en su visión periférica como un rostro o un objeto en menos de 40 milisegundos, incluso antes de enfocar su mirada.

Este rápido procesamiento se realiza a través de un “atajo” evolutivo en el colículo superior, que conecta los ojos con una parte temprana de la corteza visual y luego con el mesencéfalo.

En experimentos, los investigadores escanearon los cerebros de dos macacos mientras observaban imágenes de rostros de monos, humanos, cuerpos, manos, frutas, verduras y objetos fabricados. Las imágenes se colocaron justo fuera del campo visual central, para que no pudieran verse claramente a través de los circuitos cerebrales conocidos para el reconocimiento de rostros.

El equipo del NIH identificó 140 neuronas en el colículo superior que respondían más fuertemente a los rostros de otros monos en la periferia. Los monos pudieron discriminar entre rostros y no rostros solo 30 milisegundos después de ver una imagen. A los 50 milisegundos, la precisión alcanzó un 80%, y a los 90 milisegundos, un 92%.

En comparación, el colículo superior discriminó entre objetos animados e inanimados con solo un 75% de precisión, aproximadamente 65 milisegundos después de ver la imagen. Esta respuesta más lenta sugiere que las áreas corticales de orden superior son necesarias para interpretar conscientemente los objetos, mientras que las características faciales activan inmediatamente las neuronas del mesencéfalo.

Estos hallazgos, publicados en la revista Neuron, también explican por qué los recién nacidos se fijan en los rostros a pesar de no haber desarrollado aún “parches de rostros” en su corteza visual, que son colecciones de neuronas dedicadas a detectar rostros. Los investigadores del NIH planean investigar si este circuito de preferencia por los rostros también existe en humanos.

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