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Los termoestables son unos de los plásticos más duros que existen. Son usados en productos que son particularmente resistentes (también al calor); lo que hace que sea difícil romperlos y reciclarlos.
Esto podría cambiar gracias a una nueva investigación acerca de los enlaces químicos que tras la estructura molecular de los termoestables. El estudio sugiere que cambiando el material con el que se fabrican, podríamos obtener un producto similar a los originales pero más fácil de reciclar.
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Actualmente, cerca del 75% de los plásticos que usamos tales como envoltorios y bolsas pueden ser destruidas y reutilizadas. Sin embargo, los termoestables que se pueden encontrar en partes de autos, no son reutilizables.
Una nueva aproximación involucra ajustar ligeramente la mezcla responsable de crear los plásticos termoestables, añadiendo un tipo particular de bloques de construcción (o monómeros) llamados éteres de sililo, los cuales son más susceptibles a ser rotos y re-ensamblados.
“Este trabajo revela un principio de diseño fundamente que creemos es general a cualquier tipo básico de arquitectura termoestable”, asegura Jeremiah Johnson, del Instituto Massachusetts de Tecnología (MIT) a ScienceAlert.
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El mismo equipo investigó previamente el uso de monómeros de éter de sililo en otros tipos de plásticos sintéticos; los cuales compartían características en común con los termoestables. Haciendo esto, pudieron demostrar que este acercamiento podría funcionar en estos duros tipos de polímeros.
El proceso destacó cómo se pueden utilizar hebras individuales de polímeros, lo que mejora los acercamientos previos; los cuales sólo cambiaban sólo los enlaces de las partículas y no la composición.
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