Agua con presencia de diversos y peligrosos residuos contaminantes industriales aseguran denunciar diversas organizaciones medioambientales de Colina, en la Región Metropolitana.
“En el lecho del Río Colina tomamos muestras que llevamos a analizar a un laboratorio las cuales reflejaron parámetros sumamente alterados. El primero, y más preocupantes de todos, tiene relación con el arsénico”, manifestó Andrés Vásquez, uno de los denunciantes.
Diversos registros dejan el evidencia la presencia de una extraña espuma que poseía el caudal del río el pasado 30 de enero. “Nosotros creemos que esto fue contaminación”, aseguró Diego Hernández, miembro de la Fundación Canquén Verde de Colina.
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“Actualmente la norma chilena de agua de riego establece que el límite máximo es 0,1 milígramo por litro de arsénico y nuestro parámetro de la toma de muestra está en 0,25, es decir más del doble“, añadió Vásquez, respecto a los resultados entregados por el laboratorio ALS.
Tras analizar el agua no solo se determinó la presencia de este elemento, sino que además se detectaron otros residuos contaminantes. “Hoy en Chile está permitido la presencia de 5 miligramos por litro de aluminio y el estudio nos arrojó 690 por litro. Lo mismo en cobalto, cobre y hierro”, recalcó Vásquez.
La Superintendencia del Medio Ambiente ya está investigando el extraño suceso y solicitó información a la faena minera Los Bronces, perteneciente a la empresa Anglo American, la cual actualmente opera en la zona.
A través de sus redes sociales, la compañía emitió un comunicado donde, si bien reconocen la presencia de residuos contaminantes, aseguran no tener relación alguna con la variación de estos parámetros alterados. Sin embargo, los lugareños insisten en conocer el origen del problema.
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“Exigimos a las autoridades que se investiguen estas anomalías encontradas en las aguas del caudal del Río Colina, las cuales pueden ser de alta peligrosidad tanto para el ecosistema como para la agricultura local“, enfatizó Mariela Berrios, geógrafa e integrante de Modatima Colina.
Esta zona sufre producto de la sequía que la azota hace más de una década, presenta escasez de agua potable y ahora podría enfrentar una nueva amenaza debido a la presencia de metales y químicos industriales en sus pocos caudales.
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