Desde hace más de un año, distintas especies protegidas de nuestro país han dejado de estar en paz en la reserva privada Fauna Andina, ubicada en la comuna de Villarrica, en la región de La Araucanía.
En esta maravillosa reserva natural, donde coexisten guanacos, pudús y huemules, considerados como patrimonio natural de Chile, se han encontrado más de 20 animales que han perdido la vida a causa de mordeduras de perros, heridas de bala o cuchillos.
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Una preocupante situación que mantiene en alerta a las autoridades del recinto y que ha impulsado una intensa investigación.
“Hemos perdido innumerables animales. Hay algunos que han sido muertos y dejados abandonados, hay algunos que han quedado agonizantes, otros que han sido sustraídos sin que sepamos su paradero”, detalla Fernando Vidal, director de esta reserva.
Este centro se dedica a reproducir especies en peligro con fines de conservación. Una vez que nacen los animales se liberan. Además, tienen interacción con otras reservas del país, y en conjunto con el SAG (Servicio Agrícola y Ganadero) de Villarrica, realizan rescates y rehabilitación
María Teresa Fernández, directora regional del SAG Araucanía, explica que “las tareas elementales que tenemos como servicio es la protección de la fauna silvestre, y es por eso que se da autorización exclusiva a estos centros de tenencia responsable de la fauna”.
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Fauna Andina es un santuario de animales que está autorizado por el SAG y es el único en el mundo que ha logrado producir guiñas (también conocidos como gato colorado) en cautiverio.
Por esto, hay preocupación ante lo que está sucediendo en el lugar, por lo que el Ministerio Público ya derivó el caso a la Fiscalía de Villarrica, mientras que la Brigada de Medio Ambiente de la PDI tiene a cargo la investigación.
“El patrimonio natural de todos los chilenos, en este caso, el patrimonio animal, no puede ser afectado aún cuando esté adentro de una propiedad privada“, indica Ricardo Senn, Seremi de Agricultura de La Araucanía.
Por su parte, el director de la reserva recalca que “negamos como centro a donar animales a privados, nos negamos como centro a entregar animales para ser exportados afuera del país. Esto se trata de una amenaza de matonaje de cuello y corbata”.
Una disputa entre particulares seria la causa del conflicto. Ya se presentó una querella por el delito de amenazas.
“Lo que pasa entre privados no puede afectar necesariamente a la vida de una fauna silvestre protegida“, sostiene el Seremi de Agricultura.
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El abogado de Fauna Andina, Nicolás Portiño, reconoce que este caso “lleva un fondo y un trasfondo mucho mayor que tiene relación con el posible tráfico de animales. Son investigaciones que están en curso”.
Agrega, además, que desde que la fundación se negó a participar de este tipo de hechos, comenzaron los hostigamientos. Esperan que pronto haya avances en la investigación, pero mientras no se aclare quién está detrás de estos ataques, el peligro para los animales sigue latente.
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