Es pleno invierno y, sin embargo, el río Aconcagua en Valparaíso se encuentra casi seco y solo tiene un mínimo nivel de corriente. El problema es que el caudal es la principal fuente de agua potable para toda la región.
“Tenemos un déficit de lluvia del 75% en lo que va acumulado al mes de junio y el río Aconcagua está seco en nuestra cuarta sección durante 215 días al año”, detalló Alejandro Salas, gerente regional de Esval.
La poca agua que escurre no es de lluvia y llegó allí por canales. Esval abastece de agua potable a 33 de las 38 comunas de Valparaíso y ya llevan tiempo echando mano a otras fuentes de este recurso vital.
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“Recurrimos a nuestros pozos de agua subterránea y, lamentablemente, también en esta ocasión tuvimos que acudir a las reservas del tranque de La Luz“, añadió Salas.
Sin embargo, esa alternativa generó otro problema, ya que los vecinos del sector han visto una reducción drástica en el nivel de agua de este embalse y temen por los seres vivos que ahí residen.
El panorama a futuro tampoco es favorable y el déficit de lluvia es evidente. En la estación de Peñuelas, por ejemplo, hay un 78,9% menos de precipitaciones. Quillota, en tanto, supera el 80% menos y es el peak de la región.
“No se puede establecer cuántos eventos de lluvia habrá, pero todos los estudios, hasta el momento, indican que en lo que resta del invierno la cifra será menor a lo considerado normal“, sostuvo Alejandro Sepúlveda del departamento de Meteorología de CHV Noticias.
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La consecuencia directa de la falta de lluvia es el desabastecimiento de los embalses. Valparaíso tiene dos y son precisamente para el agua potable. Como muestra la gráfica, ambos están actualmente casi secos.
En Santiago esperan enfrentar la falta de lluvias, nieve y embalses secos con más pozos subterráneos. Sin embargo, en Valparaíso, estos también están secándose. El panorama, por ahora, es complejo.
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