Durante este 8 y 9 de agosto se llevó a cabo la Cumbre de Presidentes Amazónicos, una instancia que reunió a presidentes y representantes de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela con el objetivo de establecer una hoja de ruta y salvar al pulmón de mundo.
La idea de esta cita realizada en la ciudad brasilera de Belém, era “rescatar” los principales objetivos del Tratado de Cooperación Amazónica de 1978.
La cumbre, presidida y llamada por el presidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva, es la primera vez en 14 años en que los estados miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) se reunían.
OTCA contó con cuatro de los ocho mandatarios convocados: Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), en calidad de anfitrión; Luis Arce (Bolivia), Gustavo Petro (Colombia) y Dina Boluarte (Perú).
Si bien el foco central de esto es establecer metas definidas para evitar un punto de no retorno para esta vital selva tropical, la declaración final no está exenta de críticas por su frío abordaje a la deforestación y la explotación petrolera.
La Declaración de Belém, contempla 113 puntos en que los ocho países amazónicos establecieron una hoja de ruta, vaga, para garantizar la supervivencia de la selva.
Entre los puntos se detalla sobre: Medidas para la gestión de agua, salud, infraestructura sostenible y promoción de los derechos humanos de los pueblos indígenas, demarcación de tierras indígenas.
Sobre la seguridad, los líderes están de acuerdo en detener expansión de narcotráfico mediante la creación del Centro de Cooperación Policial Internacional en la Amazonía, con sede en Manaos, Brasil.
Otro punto acordado fue la presión hacia las naciones más desarrolladas, para que cumplieran su compromiso de financiamiento climático, uno que se traduce a 100 mil millones de dólares anuales. (Esta promesa fue realizada en 2009 en la cumbre de la ONU sobre el clima)
“Vamos a demostrar que preservar el agua, preservar los bosques no es un radicalismo o un tema menor, es una necesidad. Brasil toma este tema en serio y tiene todas las condiciones para liderarlo”, dijo el presidente de Brasil.
¿Y las medidas contra el petróleo y la deforestación?
En lo que se refiere a un importante tema como la exploración y explotación petrolera, solo fue mencionada en una ocasión, en concreto en el artículo 79. Esta detalla que los países se comprometieron solamente a iniciar un” diálogo sobre la sostenibilidad de sectores tales como minería e hidrocarburos en la región amazónica”.
Otro punto decepcionante es que los líderes no lograron establecer una meta conjunta para acabar con la deforestación cero. Esta solo fue mencionada en dos ocasiones:
- Se plantea que sería “ideal alcanzar un objetivo común entre los países de la Pan-Amazonia en 2030.
- Se señala que los Estados deben cumplir sus metas nacionales, incluida la deforestación cero.
En lugar de la deforestación crearon una “alianza amazónica de combate” a la tala ilegal de árboles. El punto importante aquí es que no será para todo igual, ya que acordaron que cada Estado tiene la libertad de definir sus propias metas nacionales.
Hasta el momento, solo Colombia y Brasil se comprometieron a acabar con la deforestación amazónica para 2030.
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