A poco más de 30 kilómetros de Santiago, en Colina, el único río de la región se está secando gradualmente, dejando consecuencias preocupantes para el consumo humano. Según expertos, su caudal ha disminuido seis veces en comparación con épocas anteriores, lo que hace cada vez más complejo que pueda alimentar las napas subterráneas que abastecen a la comuna.
A pesar de las precipitaciones registradas en 2023, el déficit hídrico persiste, lo que complica aún más la situación. Esta escasez de agua también afecta a otras regiones del país. A 400 kilómetros al norte, la situación es aún más crítica, con un 70% de déficit regional. El embalse Cogotí, al norte de Combarbalá, ha agotado sus recursos, y para las provincias de Limarí y Elqui, solo queda disponible un 4% y un 11% de sus recursos respectivamente.
En todo Chile, la sequía ha llevado a siete decretos de escasez hídrica, afectando a más de medio millón de personas en 54 comunas. Aunque las lluvias de 2023 amortiguaron la megasequía, los expertos advierten que la situación podría empeorar, especialmente si se suma el fenómeno de La Niña este año, lo que podría provocar un año aún más seco.
Según el Instituto Mundial de Recursos, Chile es el país con mayor estrés hídrico en Sudamérica y se proyecta como uno de los principales candidatos a quedarse sin agua para el año 2040. Esta situación resalta la urgencia de tomar medidas para enfrentar la crisis climática y preservar los recursos hídricos del país antes de que sea demasiado tarde. Mira más en el video.
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