La falta de equilibrio en la biodiversidad biológica es una de las explicaciones ante la interrogante de por qué surgen virus como el Covid-19.
La intromisión del factor humano en los ecosistemas provoca, por ejemplo, el surgimiento de enfermedades zoonóticas, que son aquellas que pueden ser transmitidas entre animales y humanos, como es el caso de este tipo de coronavirus.
Las recomendaciones para enfrentar la pandemia que afecta al mundo son claras: lavarse las manos frecuentemente y mantener la distancia social. Ambas acciones son esenciales para detener su propagación.
Sin embargo, si ya se ha adquirido el virus, el infectólogo José Munita entregó otra medida clave: no automedicarse con antibióticos.
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En conversación con Paloma Ávila en un nuevo capítulo de Desafío Tierra, el director del Núcleo Milenio en enfoque interdisciplinario de la Resistencia Antimicrobiana explicó que “tenemos que entender que los antibióticos no tienen acción contra los virus, por lo tanto, no tenemos que utilizarlos ante una infección como el coronavirus”.
El investigador agregó que “los antibióticos mal usados se traducen en un problema; dejan de ser efectivos contra las bacterias cuando los necesitamos. Utilizarlos en un infección viral como el COVID-19 se va a transformar en un problema mucho más grande en el futuro, incluso para aquellos pacientes que luego desarrollen un infección bacteriana, porque, eventualmente, no van a ser efectivos”.
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Otro elemento importante que preocupa al mundo de la medicina es la capacidad de reacción de los sistemas de salud de los diferentes continentes, en especial de países de ingresos medios y bajos como Chile.
Actualmente, todos los esfuerzos se concentran en intentar “aplanar la curva”, es decir, disminuir la gente que contrae la enfermedad al mismo tiempo. Por lo mismo, Munita expresó que la crisis global puede dejar lecciones para el futuro.
“Esta pandemia va a servir para abrir múltiples vías de pensamiento y de potenciales respuestas a cómo tenemos que prepararnos. Una cosa que se ha hecho evidente es que tenemos una capacidad de respuesta a epidemias -en el mundo, no sólo en Chile- que es mucho menor a la que deberíamos tener”, dijo.
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En la misma línea, una de las ideas que toma fuerza entre los expertos es la de asimilar la respuesta de la salud a la de ejercicios militares. Esto porque el escenario del cambio climático y desequilibrio biológico favorece la aparición de nuevas amenazas en las próximas décadas.
“Dejar de gastar la plata que tenemos en armas y poner esa capacidad -que es muy alta en organización- al servicio de desastres como las pandemia sería algo súper interesante”, concluyó el director del Microb-R.
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