(CNN Español) — El cambio climático se cobra cada vez más vidas, el mundo se encamina hacia un calentamiento global que pondría fin a la vida tal como la conocemos y los países han negociado y negociado. Ahora toca actuar. Y poner el dinero sobre la mesa.
Este es —al menos en teoría— el espíritu con el que llega la conferencia sobre el clima COP 27, que según Egipto, el país organizador, tiene como objetivo “moverse de las negociaciones y la planificación a la implementación” de acciones para frenar el cambio climático porque “ahora es el momento para la acción sobre el terreno”.
El año pasado, en la cumbre en Escocia, más de 200 países adoptaron un pacto para la lucha contra el calentamiento global que hizo una mención sin precedentes al papel que juegan los combustibles fósiles. Sin embargo, fue más aguado de lo que muchos esperaban: lo que pidió la declaración fue una reducción progresiva en el uso de los combustibles fósiles y las subvenciones al carbón. Todo mientras se intenta mantener vivo el objetivo de que el aumento de temperaturas no supere el umbral de 1,5º Celsius con respecto a los niveles preindustriales.
Desde entonces la naturaleza se encargó de mostrar a países pobres y ricos el costo de contaminar la atmósfera para crecer económicamente. Lo hizo en forma de sequías, olas de calor, incendios forestales e inundaciones. En forma de eventos extremos exacerbados por el cambio climático que se cobraron vidas sin piedad desde Estados Unidos y Pakistán.
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Pero desde entonces también Rusia invadió Ucrania, se desencadenó una profunda crisis energética y aumentaron los temores de una recesión económica mundial, lo que quitó del centro de atención temporalmente la crisis climática (y la entrelazada crisis de biodiversidad).
Con este panorama llega el mundo a la COP 27. Aquí las claves para entenderla.
Qué, cuándo, dónde: la guía básica de la COP 27
La COP 27 es la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022. En otras palabras, es la edición número 27 del encuentro anual que organiza la ONU con líderes mundiales y otros actores interesados para discutir y definir compromisos en la lucha contra el cambio climático.
La primera COP tuvo lugar en 1995 en Berlín. Entonces ya se reconocía la amenaza del cambio climático, pero no asomaba aún la urgencia de este 2022. En Berlín se acordó que era necesario reunirse cada año para mantener un ojo sobre el clima y discutir sobre la necesaria reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
La COP 27 se celebrará en el balneario de Sharm el-Sheij, en Egipto, del 6 al 18 de noviembre. De acuerdo al calendario publicado por la organización, los días 7 y 8 se realizará el encuentro de líderes mundiales, que suele ser el foco de mayor atención, y de allí en adelante hay jornadas temáticas en las que se abordarán cuestiones como energía, agua, género, biodiversidad y juventud y sociedad civil, entre otros.
(Las confirmaciones de los mandatarios suelen hacerse públicas sobre la fecha. Hasta el momento lo que sí se sabe con seguridad es que uno de los ausentes será el nuevo primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, y tampoco se ve probable la participación del rey Carlos III, quien en su época de príncipe fue un vocal defensor de la lucha contra el cambio climático)
Hombres de traje hablando sobre la importancia de actuar: ¿qué se ha logrado en las COP?
Países de todo el mundo llevan 27 años reconociendo en estas reuniones la necesidad de disminuir las emisiones de los gases que provocan el calentamiento global. Y también llevan 27 años emitiendo cada vez más.
Desde ese punto de vista, podría parecer que las COP no han resultado de utilidad. Sin embargo, el logro de acuerdos a nivel mundial en materia del clima es extremadamente complejo, porque se mezclan una variedad de intereses a menudo contradictorios, y lo cierto es que en estas conferencias se adoptaron dos grandes acuerdos que permitieron definir cuál era el rumbo que tenía que tomar la lucha contra el cambio climático: el protocolo de Kyoto y el Acuerdo de París.
El protocolo de Kyoto
El primero data de 1997, cuando en Japón se acordó exigir que 37 naciones industrializadas más la Comunidad Europea redujeran sus emisiones de gases de efecto invernadero y pedir a las naciones en desarrollo que cumplieran de manera voluntaria. Un total de 191 estados lo ratificaron, pero entre ellos no está Estados Unidos, que lo abandonó en 2001. Ese protocolo tampoco exigía una reducción a China, que con Estados Unidos conforma la dupla de mayores emisores, por ser una nación en desarrollo.
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