De dueño de casa, Chile pasó a ser el invitado de lujo. La COP25 puso al país en la mirada mundial, pero también dejó una serie de importantes desafíos para actuar frente a la crisis climática. En esta nota de Desafío Tierra se analizan cuáles son las principales y urgentes misiones de Chile para contribuir con el cuidado del planeta.
“Vamos a acelerar el cierre de cuatro centrales de generación eléctrica a carbón. El plan de retiro de las centrales a carbón al año 2040 que el gobierno acordó con las empresas del sector eléctrico, es parte esencial de nuestro plan de carbono neutralidad”, fue parte del anuncio del Ministro de Energía, Juan Carlos Jobet.
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Se trata de una obligación. Antes de 2024 diez plantas de energía a carbón deben ser cerradas. Dos ubicadas en Mejillones se suman a esta lista que, pese al anuncio del ministro, ambientalistas califican aún de insuficiente.
“La descarbonización al 2030, que era el anuncio que todos estábamos esperando, no ocurrió. Acá el ministro habla de dos etapas, y la verdad es que esa segunda etapa de la que el habla no es verdadera, es falsa, porque él mismo reconoce que no hay fecha, que no hay cronograma y que dependemos, además, de la buena voluntad de las empresas”, explica Estefanía González de Greenpeace Chile.
Los esfuerzos buscan que de aquí al año 2030 el 70% de nuestra energía sea renovable, lo que da paso a una segunda tarea. Este 2019 pasamos del puesto 115 al 87 dentro de los países más vulnerables a sufrir efectos del cambio climático. Olas de calor, incendios forestales y contaminación ambiental, son los tres factores que ya afectan a la población en Chile. Por lo mismo, expertos aseguran que intervenir en salud es una urgencia.
“Si tenemos un sistema de salud que no los protege, son ellos los que van a sufrir, Son las personas más vulnerables las que van a sufrir estas consecuencias. Por lo tanto, tenemos que pensar en qué background social tenemos que nos permita o no, disminuir el impacto en la salud de la población”, asegura Yasna Palmeiro, experta en salud pública.
Chile, además, quiso dar el sello azul en esta COP 25. El cuidado y preservación de aguas y océanos se han vuelto una prioridad.
“Tenemos que disminuir nuestro uso de agua, tenemos que mejorar la capacidad de riego, tenemos que adaptarnos geográficamente al uso de agua”, comenta Gustavo Chiang, Director científico de la Fundación MERI. Mientras, Mauricio Reyes, académico de la Universidad de Valparaíso, explica que es necesario diseñar estructuras resilientes y entender cómo se comporta físicamente la costa.
Son las acciones que van definiendo nuestro futuro. Por eso, la ciencias chilena analizó y propuso siete pilares de acción. Antártica y océanos, agua, biodiversidad, ciudades, adaptación, mitigación y energía, son la clave según el resultado de la investigación de más de 600 científicos nacionales.
“La mayoría de estos informes fueron escritos por los tres grupos de trabajo, así que ya vienen con una visión integrada que es lo que necesitamos para poder enfrentar el cambio climático de una manera efectiva. Incluyan la evidencia científica en sus planes, ese es el tema principal”, dice Maisa Rojas, coordinadora del comité científico de la COP25.
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Otra de las ideas fuerza de Chile es que los gobiernos escuchen y consideren a los científicos en la toma de decisiones.
“No es suficiente que se involucren solamente los estados. Tenemos que involucrar a la sociedad civil, tenemos que involucrar a la empresa privada, y tenemos que involucrar también al mundo científico”, asegura Andrés Couve, Ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
Esta cumbre climática ayuda en el proceso para lograr los objetivos planteados. De hecho, Chile se adjudicó el Fondo Verde del Clima, y recibirá un aporte de 63,3 millones de dólares que servirán para forestar 25 mil hectáreas de bosque nativo en seis regiones del país. Ahora, el desafío es cumplir con lo prometido ante la mirada del mundo.
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