Los efectos de los conflictos armados y las guerras, desencadenan una serie de impactos en el medio ambiente. En tiempos de guerra, la naturaleza sufre una degradación acelerada y los sistemas de gestión del entorno suelen verse gravemente afectados.
En el siglo XX y durante más de seis décadas, los conflictos armados han ocurrido en más de dos tercios de los puntos clave de biodiversidad del mundo según informa la ONU, lo que representa una amenaza para los esfuerzos mundiales de conservación.
Durante décadas, los conflictos bélicos han ocurrido en más de dos tercios de los puntos clave de biodiversidad – ONU.
De hecho, en 2016 la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente adoptó una resolución que reconoce “el papel de los ecosistemas saludables y de los recursos gestionados de forma sostenible” en la reducción del riesgo de conflicto armado.
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La contaminación del agua y aire, el envenenamiento del suelo y la deforestación, son algunos de los efectos de la guerra en el medio ambiente. ¿Por qué necesitamos proteger la biodiversidad de los efectos de las guerras? Te lo contamos a continuación con una retrospectiva de eventos a través de la historia:
Municiones de la primera y segunda guerra mundial en el mar
Una investigación de 2018 del Centro Helmholtz para la Investigación Oceánica, de Alemania, reveló que los entornos marinos costeros están contaminados a nivel mundial con una gran cantidad de artefactos explosivos y municiones sin detonar. La mayoría de las municiones submarinas se originaron en las Guerras Mundiales a principios del siglo XX, y las carcasas de municiones metálicas se vieron afectadas por una corrosión extensa en el transcurso de las décadas siguientes.
De acuerdo a Fundación Aquae, se estima que en los mares del Norte y Báltico haya alrededor de 1,6 millones de toneladas de municiones.
Litros de una gama de herbicidas rociados al sur de Vietnam
La guerra de Vietnam fue un conflicto que enfrentó a las dos partes en que se dividía el Estado de Vietnam (norte y sur) entre 1959 y 1975, durante el periodo de la “Guerra Fría”. A inicios de 1964, el entonces presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, ordenó que Vietnam del Norte fuese bombardeado por las tropas estadounidenses.
Pero no solo eso, el ejercito norteamericano roció millones de litros de herbicidas y el más usado fue el “agente naranja“, un compuesto que provocó más de 500 mil malformaciones congénitas en niños y niñas, como resultado de su uso. A 53 años de este conflicto, agente naranja sigue pudriendo los suelos de Vietnam a través de sedimentos de ríos y lagos.
Un estudio publicado en Scientific Research, reveló que si bien los herbicidas tienen vidas medias muy cortas y sus efectos directos en el paisaje de Vietnam se limitan al período de la guerra, persistieron los efectos ambientales indirectos con el subproducto o contaminante dioxina TCDD.” TCDD fue transportado como resultado de la erosión del suelo, deslizamientos de tierra y paisajes ecológicamente degradados a lo largo de las áreas montañosas y montañosas de Vietnam del Sur”, dice la investigación.
La afectación de la biodiversidad en el Congo por las guerras civiles
A partir de la década de los noventa, guerras civiles en la República Democrática del Congo han tenido un efecto devastador en las poblaciones de vida silvestre. La lucha por el control, el acceso y el uso de los recursos naturales y sus ingresos asociados, ha sido un factor clave de la violencia, según la ONU.
Este país es muy rico en recursos naturales, sobre todo minerales, como cobalto, cobre, uranio, oro, diamantes, casiterita y coltán.
Contaminación ambiental en Irak tras la guerra
Descontaminar Irak después de la guerra es uno de los mayores desafíos que enfrenta la comunidad de ese país. Este conflicto bélico, conocido como la segunda guerra del golfo Pérsico, se desarrollo entre 2003 y 2011, entre Estados Unidos y el régimen iraquí Saddam Hussein.
Además de causar cientos de víctimas, llevó al país al borde de un desastre ambiental. Un informe de la ONG holandesa PAX determinó que los frecuentes derrames del líquido derivados de estas intervenciones militares han envenenado terrenos agrícolas y reservas de agua potable, causando daños en el hígado, en el riñón, en el sistema respiratorio y cáncer entre la población.
Los daños a las refinerías de petróleo, bocas de pozo, oleoductos y otras infraestructuras petroleras han creado puntos críticos de contaminación localizados. Es probable que las personas se hayan enfrentado a exposiciones agudas y crónicas a una variedad de compuestos tóxicos, metales pesados y partículas, que pueden tener graves consecuencias para su salud.
Conflictos en Afganistán merman sus bosques
Si bien los problemas ambientales en Afganistán son anteriores a los conflictos bélicos que ha experimentado el país, se han destruido más de la mitad de los bosques, hasta en un 95% en algunas áreas, según la ONU. Las dimensiones ambientales están incrementan la violencia en el territorio e impactan a nivel social y económico.
Un informe del Instituto Español de Estudios Estratégicos determinó que el impacto del cambio climático en el país, se ha reflejado en la sequía que como “efecto dominó” tiene repercusiones en la caída de las cosechas, inseguridad alimentaria y migraciones.
La contaminación ambiental, una de las principales causas de muerte en Nepal
Entre 1996 y 2006, se desarrolló la guerra civil nepalesa y según la ONU, el ejército, anteriormente responsable de la protección de los bosques, fue movilizado para ejercer otras labores, lo que produjo que los bienes naturales estén en un estado de desprotección.
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