Publicado el Balance Global de la COP 28, podemos trazar algunas líneas sobre este encuentro, descrito por muchos como una de las cumbres por el clima más difíciles de las que se tiene registro.
Es positivo que -aunque no pudo estar reflejado en el balance- más de 130 países hayan acordado que la única ruta posible para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y cumplir con el acuerdo de París es el abandono de los combustibles fósiles, y valoramos que el texto final haya logrado incluir un llamado hacia una transición energética con más renovables, más eficiencia y lejos de los combustibles fósiles, pese a todo el lobby desplegado.
Pero sabemos que esto no es suficiente, que este no es el acuerdo que la humanidad necesita y no son las medidas que el escenario actual de crisis climática requiere, y que para lograr la meta de mantener el aumento de temperatura en 1.5º C debemos abandonar de forma definitiva el uso del petróleo, gas y carbón de nuestras economías.
Por otra parte, aplaudimos el rol ejemplar de la delegación chilena en la negociación de esta COP. El liderazgo internacional que mostró Chile se debe ver ahora reflejado en las políticas públicas que impulse el país puertas adentro, con foco en el fin al carbón a 2030 y la protección de los ecosistemas.
Nuestra vulnerabilidad como país frente al cambio climático junto a las olas de calor, las mega sequías y los incendios forestales nos obligan no sólo a seguir avanzando en esta senda, sino a acelerar el trabajo que estamos planteando y a tener una acción decidida y oportuna en la materia.
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