(CNN) – Es probable que la mayoría de las águilas estadounidenses tengan veneno para ratas en sus sistemas, informó un nuevo estudio publicado este miércoles en la revista PLOS One.
Las águilas calvas alguna vez se enfrentaron a graves amenazas para su supervivencia en la década de 1960 debido a la caza y al envenenamiento por DDT, pero ahora están prosperando gracias a las protecciones otorgadas por la Ley de Especies en Peligro de Estados Unidos.
Sin embargo, este último estudio ha demostrado un peligro actual para la salud de estos depredadores: Los compuestos raticidas anticoagulantes. Este veneno para ratas fue encontrado en el 82% de las 133 águilas evaluadas por los investigadores.
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De las 116 águilas calvas analizadas, 96 estuvieron expuestas al veneno; y de las 17 águilas reales examinadas, 13 fueron expuestas. Los investigadores examinaron los cadáveres de águilas en los Estados Unidos entre 2014 y 2018, y no pudieron establecer cómo entró el veneno en los sistemas de las aves.
“Aunque las vías exactas de exposición siguen sin estar claras, es probable que las águilas estén expuestas a través de sus actividades depredadoras y carroñeras“, dijo el autor del estudio, el Dr. Mark Ruder, profesor asistente de la Universidad de Georgia.
El veneno causa coágulos de sangre, por lo que si un ave mostraba evidencia de sangrado interno sin ningún otro trauma en su cuerpo, los investigadores lo clasificaron como muerte por veneno para ratas. De las aves examinadas, el 4% murió de esta sustancia.
Este estudio mostró que “estamos matando innecesariamente algunas de nuestras especies de aves más majestuosas“, recalcó Scott Edwards, profesor de zoología y director de estudios de posgrado en la Universidad de Harvard, que no participó en el estudio.
El veneno para ratas y otros compuestos químicos no deben usarse para matar roedores, replicó Edwards, quien también es profesor de biología orgánica y evolutiva. “Los humanos deben entender que cuando esos compuestos ingresan al medio ambiente, causan daños horribles a muchas especies“, dijo.
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Los seres humanos son los culpables de envenenar a las águilas, destacó Ruder, quien sostuvo que es necesario realizar más investigaciones para determinar otros posibles efectos secundarios negativos para las aves que tienen veneno en sus sistemas, pero que no mueren a causa de él.
La hipótesis de Ruder es que las águilas ingieren el veneno al comer ratas y ratones, aunque manifestó que le gustaría confirmar exactamente cómo ingieren las aves el veneno. “Como personas, debemos reconocer y comprender nuestro papel en la mortalidad de la vida silvestre y ajustar nuestro comportamiento“, finalizó el experto.
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