Aves chilenas hacen sus nidos con materiales plásticos - (02:24)
Al menos 14 millones de toneladas de plástico de 5mm de grosor se encuentran al fondo de los océanos del mundo, de acuerdo a un estimado basado en una nueva investigación.
Un análisis de los sedimentos oceánicos de hasta 3 kilómetros de profundidad sugieren que podrían haber hasta 30 veces más plástico en el fondo de los mares que el que flota en la superficie.
La agencia de ciencia de Australia, CSIRO, juntó y analizó muestras del suelo marino tomados de más de 6 sitios remotos a 300 kilómetros de la costa sur, en la Gran Costa Australiana.
Los investigadores analizaron 51 muestras, descubriendo que luego de restar el peso del agua, cada gramo de sedimento contenía en promedio 1,26 piezas de microplásticos.
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Dichos materiales son polímeros artificiales de menos 5mm de diámetro y, en gran parte, son el resultado del desgaste de trozos de plásticos más grandes.
Detener la marea de plástico que está entrando a las fuentes de agua del mundo, además del océano, ha mostrado ser un enorme desafío internacional.
Denise Hardesty, principal investigadora de CSIRO y coautora del estudio publicado en Frontiers in Marine Science, aseguró a The Guardian que hallar microplásticos en una región tan remota y tales profundidades “apunta a la ubicuidad de los plásticos, sin importar la parte del mundo donde se busquen”.
“Esto significa que se puede encontrar a través de la columna de agua. Esto nos entrega una pausa para pensar sobre el mundo en el que vivimos y el impacto que tienen los hábitos de los consumidores sobre los lugares antes considerados como prístinos“, agregó Hardesty.
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“Necesitamos asegurar que el gran azul no se transforme en un basural. Esto es más evidencia sobre la necesidad de detener la fuente de la contaminación”, precisó la especialista.
Las muestras fueron taladradas en marzo y abril de 2017 a una profundidad que sufrió una variación entre los 1.655 y 3.016 metros, a una distancia de 349 kilómetros de la costa australiana.
Hardesty aseguró que no fue posible determinar qué tan viejos eran los plásticos, o de qué tipo de objeto provenían. Sin embargo, aseguró que la forma de las piezas -una vez revisadas bajo un microscopio- sugirieron que provenían de productos consumibles.
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