Video Relacionado: Los 2 mil espejos que dan energía a Chile (02:12)
Durante años, los científicos pensaban que las erupciones de volcanes de aguas profundas eran poco interesantes en comparación a las que ocurrían en la superficie de la Tierra.
Si bien los vocales terrestres producen a menudo erupciones espectaculares, donde se dispersan cenizas volcánicas en el medio ambiente, pensaban que las erupciones marinas sólo producían flujos de lava de movimiento lento.
Sin embargo, un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Leeds, reveló un increíble vínculo entre la forma en que se dispersa la ceniza durante las erupciones submarinas y la creación de grandes y poderosas columnas de agua caliente que se elevan desde el suelo oceánico hasta el océano, conocido como megaplumas.
Lee también: Leonardo DiCaprio, Joaquin Phoenix y otros artistas instan a Biden a no firmar un acuerdo ambiental con Brasil
El equipo recopiló datos por vehículos operados a distancia en las profundidades del Océano Pacifico Nororiental y señaló que las megaplumas contienen agua caliente, rica en productos químicos que actúan de la misma manera que lo hacen las columnas atmosféricas vistas desde los volcanes terrestres, extendiéndose hacia arriba y luego al exterior.
Explican que el tamaño de estas megaplumas son inmensos, y sus volúmenes de agua equivalen a cuarenta millones de porcinas olímpicas.
El equipo desarrolló un modelo matemático para demostrar cómo las cenizas de estas erupciones submarinas se esparcen varios kilómetros del volcán, utilizando el patrón de las cenizas.
Lee también: “No es reemplazable”: Roberto Rondanelli explica el uso de la tecnología satelital para estudiar sistemas climáticos
Los resultados mostraron que la tasa de energía liberada es extremadamente alta y equivale a la potencia utilizada por todo Estados Unidos.
El estudio concluye que las erupciones volcánicas submarinas conducen a un rápido vaciado de depósitos de fluidos calientes dentro de la corteza terrestre, esto porque a medida que el magma se abre camino hacia el fondo marino, impulsa este fluido caliente con él.
Para David Fergunson, co-autor del estudio y profesor de la Escuela de Tierra y Medio Ambiente, observar una erupción submarina en persona “sigue siendo extremadamente difícil, pero el desarrollo de instrumentos basados en el fondo marino significa que los datos se pueden transmitir en vivo a medida que ocurre la actividad. La investigación fue publicada en la revista Nature Communications.
Deja tu comentario