Las águilas moteadas mayores, cuyos vuelos migratorios atraviesan Ucrania, han alterado sus rutas para esquivar las zonas de conflicto tras la invasión rusa, según un reciente estudio. Los datos de GPS revelan que estas aves han recorrido distancias más largas y han reducido o eliminado las paradas de descanso y reabastecimiento, lo que podría tener serias consecuencias para su reproducción y supervivencia.
“Es como correr un maratón sin parar para beber agua, y al final, alguien te pide que corras siete u ocho millas adicionales,” explicó Charlie Russell, coautor del estudio y miembro de la Universidad de East Anglia para The Guardian.
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El estudio, publicado en la revista Current Biology, analizó las rutas de 19 águilas moteadas mayores durante su migración a las zonas de reproducción en el sur de Bielorrusia en marzo y abril de 2022, comparándolas con 65 migraciones registradas entre 2018 y 2021. Tras el inicio del conflicto, las águilas recorrieron un promedio de 85 km adicionales y tardaron 55 horas más en llegar a su destino. Además, solo el 32% de las águilas hicieron escalas en Ucrania, en contraste con el 90% antes de la invasión.
El equipo de investigación observó que los desvíos más significativos ocurrieron en áreas de alta actividad militar. Mientras que algunas águilas, continuaron su vuelo a través de zonas de intenso combate, modificaron su ruta al acercarse a menos de un kilómetro de explosiones.
Russell señaló que estos desvíos parecen ser una respuesta a eventos esporádicos y destacó que los resultados podrían subestimar el impacto del conflicto, dado que las águilas también podrían estar expuestas a estrés durante el periodo de reproducción.
“Es crucial entender las tensiones en estas poblaciones para que, en un escenario post-conflicto, podamos ayudar a las águilas moteadas mayores y a los ecosistemas a recuperarse,” añadió Russell.
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