Los animales más exóticos de la última década (02:36)
Una nueva investigación dirigida por la Agencia Científica Nacional de Australia (CSIRO) examinó un “naufragio” de aves marinas que ocurrió en 2013, donde murieron hasta 3 millones de pardelas de cola corta.
La investigación sugiere que las aves marinas comieron materiales no alimentarios, incluida las piedras pómez flotantes, porque se estaban muriendo de hambre. Señalan que esto indicaría graves problemas de salud más amplios para el ecosistema marino.
“Nuestro estudio investiga el dilema del huevo y la gallina: ¿los animales se mueren de hambre por no comer alimentos o los animales comen piedra pómez porque se mueren de hambre?””, señaló la Dra. Lauren Roman, autora principal del estudio e investigadora de CSIRO e IMAS-UTas.
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Las pardelas de cola corta migran de Australia en abril al Pacifico norte y regresan a finales de año. El equipo explicó que las aves marinas son indicadores de la salud de un ecosistema marino y la mortalidad masiva puede indicar cambio en las redes alimentarias y las condiciones ecológicas.
El equipo realizó necropsias de 172 aves marinas recuperadas de las playas a lo largo de Nueva Gales del sur y Queensland, donde encontraron que el 96,7% de las aves habían ingerido piedra pómez o plástico.
Además, utilizaron un sistema satelital para rastrear la migración de estas aves en 2013 y se superpuso con las ubicaciones de balsa de piedra pómez producida por la erupción volcánica de Harve en Nueva Zelandia ocurrida en 2012.
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“Para octubre de 2013, cuando las pardelas regresaban a Australia en su migración anual desde el Pacífico Norte, la piedra pómez flotante se encontraba ahora a lo largo de su trayectoria de vuelo cuando se acercaban a Australia”, explicó el profesor Scott Bryan, asociado de QUT.
Los investigadores concluyeron que las aves se encontraban hambrientas cuando comieron piedra pómez, y que la ingirieron entre 12 a 41 horas antes de su muerte.
El estudio fue publicado en la revista Marine Ecology Progress Series.
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