Del basurero a tu plato: Descubren microplásticos en concentraciones "extremas" en el Atlántico Norte - (03:55)
Se han descubierto micro y nanoplásticos en órganos humanos gracias a una nueva técnica.
Estos polímeros artificiales han contaminado completamente el planeta, desde la nieve del Ártico, pasando por la tierra de los Alpes, hasta las profundidades más hondas del océano.
También se ha confirmado que las personas los consumen a través de la comida, el agua o el aire, aunque aún no se han corroborado los potenciales impactos que podrían tener para la salud.
En la búsqueda de estas partículas al interior de órganos humanos, un grupo de investigadores logró identificar los rasgos químicos que deja el plástico en los tejidos. Sin embargo, separar y caracterizar fragmentos tan minúsculos es bastante difícil, y la contaminación por plásticos en el aire también se ha transformado en un desafío.
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Para probar su técnica, añadieron partículas de polímeros a 47 muestras de pulmones, hígados, bazos y riñones obtenidos de un banco de tejidos establecido para estudiar enfermedades neurodegenerativas. Sus resultados demostraron que los microplásticos pudieron ser detectados en todos los órganos.
Los científicos, cuyo trabajo fue presentado a la Sociedad Química de Estados Unidos, afirmaron que su técnica podría permitir a otros investigadores determinar los niveles de contaminación de órganos humanos alrededor del mundo.
“Sería inocente pensar que hay plástico en todas partes, pero que éste no se puede encontrar en nuestro interior”, aseguró Rolf Halden, investigador que participó en el estudio de la Universidad del Estado de Arizona, a The Guardian.
“Estamos entregando una nueva plataforma de investigación que permitirá a otros y a nosotros buscar por lo que es invisible, estas partículas que son demasiado pequeñas para ser vistas por el ojo desnudo. El riesgo para la salud reside en las partículas más pequeñas”, agregó Halden.
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El método analítico permite a los científicos identificar docenas de tipos de plástico, incluyendo el PET, el cual es usado en botellas de bebidas y el polietileno, usado en bolsas plásticas.
Los investigadores tras este estudio descubrieron bisfenol A (BPA), un químico usado para fabricar plásticos, en las 47 muestras. La Agencia de Protección Medioambiental Estadounidense ha encendido las alarmas frente al BPA, debido a que es “un tóxico reproductivo y de desarrollo en estudios animales”.
“Nunca quisimos ser alarmistas, pero es preocupante que estos materiales no-biodegradables estén presentes y que se puedan acumular en los tejidos humanos, y que no tengamos idea de cómo esto podría afectar a la salud”, aseguró Varun Kelkar de la Universidad de Arizona, quien también participó en el estudio.
“Una vez que tengamos una mejor idea de lo que se encuentra en los tejidos podemos conducir estudios epidemiológicos para evaluar las consecuencias que éstos podrían tener en la salud humana. De esa forma podremos finalmente entender los riesgos potenciales, si es que existen”, agregó Kelkar.
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