Tradicionales playas como la de Cartagena o Concón podrían ser, en el futuro, solo un bello recuerdo. Las playas de la larga línea costera chilena podrían desaparecer a causa del cambio climático. Por eso una nueva iniciativa legal, busca resguardar estos entornos claves.
A simple vista lucen casi igual que hace medio siglo, pero, cuando se mira en detalle, la realidad golpea como una ola. El mar cada vez cobra más terreno, que le ha ido ganando centímetro a centímetro a la costa. Tanto así, que según un estudio del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, 80% de las playas del planeta podrían desaparecer.
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“Estamos calculando tasas de retroceso sobre 1.2 metros por año en los últimos 40 años”, Carolina Martínez, geógrafa e investigadora de Cigiden.
Las marejadas dieron la primera señal, y a eso se le sumó el aumento en el nivel del océano, producto del deshielo de los polos, han adelgazado aún más las playas. Chile es un país con casi 7 mil kilometros de costa, pero mantiene una política nacional del uso del borde costero que data de hace 25 años. Por eso una nueva legislación busca asegurar una mayor cobertura de conservación de manera territorial.
Martínez explica los alcances del propuesto instrumento legal: “Nos permitiría conservar nuestros sistemas marinos costeros, resguardarlos para las generaciones futuras y que sean también ecosistemas clave para adaptación al cambio climático“.
Si se hiciera un ranking de riesgo, los humedales costeros, los campos dunares y el litoral arenoso lo encabezarían.
Se estima que, del año 2026 al 2045, no será muy sencillo vivir al lado del mar, porque casi 46 mil personas estarán en zonas con riesgo de inundación a lo largo del país.
“Pasamos de una visión del siglo XX, cuando se pensaba que el clima tenía un comportamiento estacionario, a una visión actual, que nos obliga a tratar de hacer proyecciones a mediados y fines de siglo, para evaluar las condiciones en las que esa infraestructura va a estar durante su vida útil”, señala Patricio Winckler, académico en Ingeniería Civil Oceánica de la Universidad de Valparaíso.
Este proyecto de ley cuenta con 10 principios, en los que en nueve de ellos, incluyen a quienes viven más expuestos a esta amenaza. “La gestión integrada de áreas costeras que asegura la participación ciudadana, el conocimiento científico y, principalmente, asegura el respeto por las comunidades ancestrales, pueblos originarios y caletas de pescadores“, agrega la geógrafa de Cigiden.
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Un debate necesario para el cuidado de nuestro borde costero, en un proyecto de ley que debiera avanzar tal como lo está haciendo el propio mar.
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