Las artes de pesca abandonadas son responsables de lesionar o matar a más de 557 especies marinas, entre las que se incluyen 66 tipos de mamíferos, 50% de aves y el 100% de tortugas que habitan el océano. Estos animales son sometidos a una muerte lenta y sumamente dolorosa.
Redes de cerco y de arrastre, trampas o líneas de anzuelos, quedan en el océano dañando hábitats marinos vitales, como arrecifes de coral y manglares. Las comunidades costeras y los pescadores, también se han visto afectados por este problema que impacta su fuente de alimento y trabajo.
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Las tasas mundiales de pérdida de artes de pesca -elaborado a partir de fuentes principalmente del hemisferio norte- estimó que el 5,7% de todas las redes de pesca, el 8,6% de las trampas y nasas, y el 29% de todas las líneas de pesca utilizadas a nivel mundial, se abandonan, pierden o descartan en el medio ambiente.
El Gran Parche de Basura del Pacífico, es una zona que ha sido denominada como “el continente de plástico”. Aumenta de manera alarmante y ya tiene el tamaño de España y Francia juntos. Un ejemplo de la magnitud del problema es que, al menos, el 46% de las 79.000 toneladas de plástico que se encuentran en este lugar, está formado por artes de pesca.
La actividad pesquera de América Latina, representa el 15% de la producción mundial y tres millones de personas dependen directa o indirectamente de la pesca. Sin embargo, en esta zona se desconoce la magnitud del problema.
“La falta de un diagnóstico regional sobre el abandono y pérdida de redes contrasta con los datos que, a nivel mundial, señalan que cada año se pierden en los mares hasta un millón de toneladas de artes de pesca”, informó Aimée Leslie, directora del Programa Océanos y Vida Silvestre de WWF Perú.
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Los perjuicios de esta contaminación no solo afectan especies y ecosistemas, sino que también a la salud humana. Las artes de pesca están hechas con polímeros y otros materiales contaminantes que, al ser tragados por especies de consumo, se convierten en nocivos para los humanos.
Impactos en ecosistema
Uno de los mayores problemas de las redes abandonadas en el océano es el enredo de los animales. Esto causa diversos problemas como ahogamientos, disminución de desplazamientos, incapacidad de cazar alimento e incluso una disminución del cuidado parental de las crías.
La académica de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad Andrés Bello, Loretto Contreras, explica a Desafío Tierra que algo poco estudiado respecto de este tema es el enredo de las redes en los discos de las grandes algas y la incrustación de plástico de las redes en los discos. “Lo que trae consigo que otros animales no puedan consumirlas o utilizarlas como áreas de desove”.
Comenta que estos plásticos frente al sol y las condiciones fisicoquímicas del agua, se desgastan y degradan en pequeñas partículas. “Estos ingresan fácilmente en los organismos al consumir agua u otros animales, biomagnificándose en las cadenas tróficas”.
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La investigadora considera que es fundamental regular este problema, y “debería ser parte de las prioridades de protección del medio ambiente marino, pero también terrestre”. Puntualiza que los desechos en tierra de alguna u otra manera, llegan al mar generando diversas alteraciones como la que ocurre con los plásticos.
“Debemos contar con protocolos de reutilización y buscar otros materiales de uso para la pesca, como también considerar la fiscalización para la eliminación de estos materiales en el medio ambiente”, declara Contreras.
#NoMásRedesFantasmas
La ONG WWF lanzó de manera internacional la petición para un nuevo tratado que combata la contaminación marina por plásticos. De manera especial, se han enfocado en la visibilización del impacto de las redes abandonadas en el océano y esperan conseguir el respaldo de más de dos millones de personas.
“Este es un problema que es de especial preocupación para nuestro país, que tiene una de las mayores superficies marítimas de Latinoamérica y del mundo, por tanto, debemos buscar fórmulas que permitan cuantificar y frenar la pérdida de artes de pesca, lo que implica medidas de control y monitoreo, y también innovación en su diseño y reutilización”, afirmó Yacqueline Montecinos, encargada de Biodiversidad Marina de WWF Chile.
La iniciativa invita a las personas a tomar una foto de una especie marina, donde sea que la encuentren: un tatuaje, un libro, una película o en vivo. Luego, deben dibujarle un hashtag a modo de red encima y compartirla a través de sus redes sociales. Además, están recolectando firmas para la petición en este link.
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