En Chile tenemos catedrales, tenemos torres, tenemos una portada. Humedales, un desierto que florece, hielos que llamamos “eternos”.
Pero ni ellos, ni nuestro patrimonio nacional, lo son.
Uno de los lugares más vulnerables del país ya siente directamente sus efectos: Rapa Nui.
Vairoa Icka, de la Municipalidad de Rapa Nui, señaló que estar al lado del giro oceánico del Pacífico hace que constantemente les llegue la basura del mundo.
Eso puede generar que eventualmente este paraíso termine acabándose.
“La Antártida y el Ártico se están derritiendo a niveles mucho más rápidos de lo que hemos visto en toda la historia. Por lo tanto, el nivel de agua dulce que está llegando al mar está implicando un aumento en su nivel. Eso puede tener efectos muy dramáticos en los sectores costeros”, dijo Álex Muñoz, director de Latam Pristine Seas NatGeo.
En mil años no hay registro instrumental o natural de una sequía como la presente.
Maisa Rojas, directora de (CR) 2, aseguró que “la mayor vulnerabilidad de Chile es el tema del agua: es la falta de agua por un lado, y también el exceso de agua”.
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Ejemplo presente de los efectos del cambio climático es la Laguna Aculeo, cuyo muelle sobre pastizales se revela como un signo de los efectos que ha tenido en nuestro país.
Otra muestra de sus efectos es la disminusión de lluvias entre las regiones de Coquimbo y La Araucanía, que se redujo en un 30%.
En tanto, los expertos aseguran que al menos un cuarto de la megasequía que vive el país es producto del aumento de la temperatura del planeta.
Esta situación plantea varios desafíos, pero ante todo, te plantea la interrogante: si no eres tú quien hace el cambio, ¿entonces quién?
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