Buzo fue tragado por una ballena y sobrevivió: “Sentí el impacto como de un camión y luego todo se oscureció”

“Sentí el impacto como de un camión y luego todo oscureció”, manifestó Michael Packard, respecto a cómo inició su encuentro con una ballena. El buzo no solo terminó muy cerca de este mamífero, sino que también en su interior.

Cuando Michael volvió a abrir sus ojos estaba dentro de la boca de una ballena jorobada, un cetáceo que puede pesar más de 30 mil kilos. El hecho ocurrió en Massachusetts, EE.UU., cuando el buzo extraía langostas del fondo marino.

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“Creí que me había agarrado un tiburón blanco y luego pensé en que no sentía ningún diente. Luego dije ‘Oh, Dios mío, estoy en la boca de una ballena’”, detalló Packard respecto a su inesperado accidente.

Al igual que en la historia bíblica de Jonás, este hombre estadounidense vivió para contarlo, ya que la gran ballena lo escupió 30 ó 40 segundos más tarde. El resultado solo fue una rodilla dislocada, pero el resto de su cuerpo quedó intacto.

Las razones de por qué Michael resultó ileso tienen relación, en primera instancia, con la dieta de esta ballena y, en segundo, con sus características físicas y en específico su falta de dientes. “Tiene una estructura queratinosa como nuestras uñas“, explicó el biólogo marino Rodrigo Hucke-Gaete.

Lo que realmente ocurrió podría terminar con varias historias de humanos que fueron tragados por ballenas. “Es imposible que un humano entre al estómago de este mamífero, ya que su esófago no es más grande que un pomelo“, detalló Hucke-Gaete, quien es especialista en mamíferos marinos.

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“Su esófago está diseñado para poder alimentarse de pequeños crustáceos y lo que pasó acá pudo haber sido totalmente accidental y fortuito, en una situación en la que la ballena salió justo a alimentarse”, añadió Alejandro Pérez Matus, biólogo Marino y buzo.

A pesar de ser fortuito y sin consecuencias graves, Michael Packard de 56 años tuvo la suerte para contarlo, ya que pudo ser aplastado por la lengua de la ballena o apretado con su mandíbula. Pese a la negativa de su familia, seguirá buceando, pero ya le quedó claro que no deberá hacerlo cerca de grandes cetáceos.