(CNN) — La selva amazónica de Brasil ha sido deforestada en una cantidad récord en la primera mitad de 2022, según el Instituto de Investigación Espacial (INPE) del país.
Los datos de los satélites del INPE muestran que 3.750 kilómetros cuadrados de la selva tropical más grande del mundo se perdieron en Brasil entre el 1 de enero y el 24 de junio, la mayor área desde 2016, cuando el instituto inició este tipo de monitoreo.
Los satélites del INPE han estado registrando nuevos récords mensuales de deforestación desde principios de año, y también registró un récord de 2.562 incendios en la Amazonía del país el mes pasado.
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Mayo y junio generalmente marcan el comienzo de importantes incendios anuales y deforestación en la Amazonía, debido a la estación seca.
En mayo, el INPE detectó 2.287 incendios en la selva, la cifra más alta para ese mes desde 2004.
La destrucción de la selva tropical más grande del mundo ha aumentado desde que el presidente Jair Bolsonaro asumió el cargo en 2019 y debilitó las protecciones ambientales, argumentando que obstaculizan el desarrollo económico que podría reducir la pobreza en la región amazónica.
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Aunque el presidente ha aprobado varias órdenes ejecutivas y leyes para proteger la selva tropical, al mismo tiempo ha recortado drásticamente los fondos para los programas de vigilancia y protección ambiental administrados por el gobierno, y ha presionado para abrir las tierras indígenas a la agricultura comercial y la minería.
En octubre de 2021, un grupo de abogados climáticos instó a la Corte Penal Internacional (CPI) a investigar a Bolsonaro por sus presuntos ataques a la Amazonía, que según ellos equivalen a “crímenes de lesa humanidad”.
Pero el presidente brasileño se ha opuesto a los críticos internacionales que abogan por una mejor protección de la selva tropical.
A principios de mayo, Bolsonaro arremetió contra Leonardo DiCaprio y dijo que sería mejor que el actor “mantuviera la boca cerrada” después de hablar sobre la importancia ambiental de la Amazonía.
Algunos científicos predicen que la deforestación seguirá aumentando antes de las elecciones presidenciales de octubre en Brasil, como lo ha hecho antes de las últimas tres elecciones.
La aplicación de la ley ambiental generalmente se debilita en años electorales y los delincuentes pueden apresurarse a deforestar antes de que asuma un nuevo gobierno, según Carlos Souza Jr, investigador de Imazon, una institución de investigación brasileña.
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