En medio de las características festivas y relajadas que suelen definir a Brasil, los últimos días han sido todo menos de disfrute para sus habitantes. Un calor extremo ha asolado el país, privando a las personas de cualquier momento de esparcimiento.
Este domingo, Río de Janeiro experimentó una sensación térmica sin precedentes, alcanzando la asombrosa cifra de 62,3 ° C, según la medición realizada en la Estación Meteorológica de Guaratiba. Este registro superó el récord anterior de 60,1 grados ° C marcado el día anterior, estableciendo un nuevo máximo en la última década para la ciudad carioca.
La directora del Observatorio Climático USS, Paula Santibáñez, explicó que la sensación térmica no solo depende de la temperatura, sino también de la humedad relativa del aire, lo que puede hacer que se sienta un calor aún más intenso de lo que marcan los termómetros.
Este fenómeno no es exclusivo de Brasil. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió sobre las consecuencias del cambio climático, afirmando que “la humanidad ha abierto las puertas del infierno”, ya que todo el mundo enfrenta temperaturas extremas que parecen no ceder.
Los científicos también se preguntan cómo se pueden disipar estas altas temperaturas. El urgenciólogo de Clínica Las Condes, Dr. Nicolás Vargas, señaló la necesidad de encontrar soluciones urgentes.
Mientras tanto, en Brasil, las playas de Ipanema y Copacabana se han visto abarrotadas mientras la población busca alivio frente a las altas temperaturas que persisten sin dar tregua. La lucha contra el calor extremo parece ser el nuevo desafío para el país sudamericano.
Deja tu comentario