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Hoy en día existen varias técnicas para poder reciclar los molestos plásticos de un solo uso, desde crear muñecas hasta producir enzimas mutantes, pero ninguna se ha enfocado en su uso “gourmet”.
Una nueva investigación logró crear una técnica capaz de convertir los plásticos en algo tan común como el compuesto principal del saborizante de vainilla: la vainillina.
El equipo se centró en los tereftalatos de polietileno (PET), plástico utilizado en la producción de varias botellas de plástico y empaque de alimentos.
Los plásticos PET generan alrededor de 50 millones de toneladas de residuos cada año, los cuales en su mayoría terminan contaminando los océanos.
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Los científicos de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, demostraron que la bacteria Escherichia col puede convertir hasta en un 79% el ácido tereftálico (TA), procedente del desecho de PET, en vainillina.
“Este es el primer ejemplo del uso de un sistema biológico para reciclar los desechos plásticos en un químico industrial valioso y esto tiene implicaciones muy interesantes para la economía circular”, dijo Joanna Sadler, autora principal del estudio.
Estos resultados, publicados en la revista Green Chemistry entregan importantes nuevas aristas para el campo de la sostenibilidad, demostrando el gran poder “de la biología sintética para abordar los desafíos del mundo real”.
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La vainillina, tiene una amplia gama de aplicaciones más allá de la industria alimentaria, ya que también se puede utilizar como ingrediente en:
- Herbicidas
- Cosméticos
- Productos de limpieza
- Agentes antiespumas
“Este es un uso realmente interesante de la ciencia microbiana a nivel molecular para mejorar la sostenibilidad y trabajar hacia una economía circular“, indicó el Dr. Ellis Crawford, editor de Royal Society of Chemistry.
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