La araucaria araucana es una especie arbórea endémica de los bosques subantárticos de la Patagonia argentina y en el centro-sur de Chile. Sin embargo, es una especie amenazada.
El Comité de Clasificación de Especies del Ministerio del Medio Ambiente (MMA) reclasificó las araucarias de la Cordillera de Nahuelbuta de “vulnerable” a “en peligro de extinción”. El resto de las poblaciones de araucarias de la Cordillera de los Andes conserva su estatus de “vulnerable”.
De hecho, en los últimos dos años, la mortalidad de adultos pasó de 7,1% a 9,6%, reveló el gerente de bosques de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) Luis Gianelli a El Mercurio.
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Esto se debe al aumento de la temperatura y la disminución de las lluvias, que producen un estrés hídrico que ha sido aprovechado por un hongo, el que en un ambiente normal se mantiene controlado, pero que ahora se presentan todas las condiciones para desarrollarse.
El hongo Pewenomyces kutranfy
En las conclusiones del Seminario “Avances de las investigaciones del daño foliar de Araucaria araucana” Rodrigo Ahumada, investigador perteneciente a Bioforest S.A., se refirió sobre los principales resultados y nuevos desafíos en el daño foliar de la araucaria.
El hongo Pewenomyces kutranfy es el agente causal de cancro en el árbol, uno de los principales componentes del daño foliar que afecta a esta especie milenaria.
El primer indicio de este hongo es que el follaje de las araucarias comienza a secarse.
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