Se sabe que la destrucción del hábitat y las enfermedades son las principales causas detrás de la disminución de los anfibios, uno de los grupos animales más amenazado del planeta. Sin embargo, un nuevo estudio publicado a principios de octubre en la revista científica Nature reveló que el cambio climático está emergiendo como una de las mayores amenazas para ranas, sapos, salamandras y cecilias.
El estudio, titulado “La disminución continua de los anfibios del mundo frente a las amenazas emergentes“, es la segunda evaluación de anfibios a nivel global, coordinada por la Autoridad de la Lista Roja de Anfibios, una rama del Grupo de Especialistas en Anfibios de la Comisión de Supervivencia de Especies que pertenece a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y que es gestionada por la organización Re:wild.
“Es el estudio más completo sobre la situación de los anfibios a nivel global. Incluye el análisis crítico de más de 8.000 especies y 20 años de datos de anfibios de todo el mundo”, aseguró al respecto Claudio Azat, director del Centro de Investigación para la Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello, miembro de la UICN y uno de los 100 autores del texto publicado en Nature.
“Los resultados no son auspiciosos: los anfibios continúan desapareciendo a una velocidad alarmante, son el grupo de vertebrados más amenazados del planeta y se han transformado en un símbolo de la crisis de extinción masiva de las especies“, agregó Azat.
Datos poco alentadores
El nuevo estudio confirmó que dos de cada cinco especies de anfibios están en riesgo de extinción, es decir, el 41% de todas las especies evaluadas a nivel mundial están bajo amenaza, catalogadas como “En Peligro Crítico”, “En Peligro” o “Vulnerable”. A modo de comparación, 26.5% de los mamíferos están en esta situación, así como 21.4% de los reptiles y 12.9% de las aves.
Asimismo, los investigadores catalogaron a 27 nuevas especies en “Peligro Crítico (Posiblemente Extintas)”, lo que eleva el número total de anfibios en esta categoría a 160.
Según el estudio, entre los anfibios, las salamandras son el grupo de mayor riesgo: tres de cada cinco especies están en riesgo de extinción, principalmente por la destrucción de su hábitat y por el cambio climático, a lo que se suma una nueva enfermedad mortal denominada Batrachochytrium salamandrivorans (Bsal) detectada en Asia y Europa, y que podría diseminarse al resto del mundo.
El artículo científico además detalla que entre el 2004 y el 2022, algunas amenazas críticas provocaron que más de 300 anfibios se acerquen al riesgo de extinción. En este sentido, el cambio climático emerge como la principal amenaza para el 39% de estas especies e influye en el aumento de condiciones como el calor extremo, los incendios forestales, las sequías y los huracanes.
Con respecto a la situación de nuestro país, Azat afirmó que en Chile existen 59 especies de anfibios, las que presentan un alto nivel de endemismo, es decir, solo se encuentran en nuestro país. “Similar a la situación global, y aún incluso algo peor, cerca de la mitad de las especies nacionales están bajo alguna categoría de amenaza de extinción: ‘En Peligro Crítico’, ‘En Peligro’, o ‘Vulnerable’”, concluyó el académico de la UNAB.
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