Cielos despejados y soleados son ya normales en casi todo el país en pleno verano, pero ahora también lo es en la Antártica. 18 son los días con olas de calor que se han registrado desde la Base O’Higgins y qué tiene gran parte de su costa sin hielo. ¿Qué consecuencias puede tener este fenómeno en Chile continental?
“Hay 17 especies de pinguinos y al rededor de 8 habitan la Antártica de manera directa y casi todos están en peligro de extinción elevado por el cambio del clima en todo este territorio“, indica Raúl Cordero, académico de la Usach y líder de AntarticaCL.
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El hielo en la Antártica se derrite hasta seis veces más rápido que hace 40 años afectando a la vida, en especial a los pingüinos, ya que sin hielo su comida se aleja y deben viajar más en busca de alimento. Y mientras están en esa búsqueda, sus crías mueren esperando.
El 20 de enero es el día internacional del pingüino y los datos de la ciencia no son para celebrar: cinco olas de calor se han registrado la base O’Higgins en la Antártica en los últimos 90 días.
“La ola de calor se produjo del 7 al 10 de enero donde las temperaturas promedio máximas fue de 5° y la máxima temperatura registrada fue de 6,9° el 9 de enero. Es la ola de calor con las temperaturas más altas en las últimas dos décadas, solo superadas por la ola de calor de febrero de 1998″, detalla el mayor Fernando Inostroza Méndez, comandante de la Base Antártica Bernardo O´Higgins Riquelme.
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En las inmediaciones de la base ya no hay presencia de nieve y los desprendimientos han aumentado considerablemente.
Temperaturas sobre los 4,8° que desde la base chilena han sentido, al igual que otras zonas de ese continente: estas fotos publicadas por el diario El Mercurio muestran cómo el paisaje en la isla Rey Jorge y la Bahía Fildes es completamente diferentes durante la misma fecha en distintos años: el hielo prácticamente no está.
Cordero añadió que “parte de la pérdida de las precipitaciones que la zona sur de Chile ha experimentado en las últimas cuatro décadas es consecuencia de anomalías en los patrones de viento detectadas en la Antártica en las últimas cuatro décadas, es decir, lo que sucedió en la Antártica ya impacto Chile y desafortunadamente lo que siga sucediendo en la Antártica va seguir impactando a nuestro país y al resto del hemisferio”.
Una situación que preocupa al mundo entero. Registros negativos para un continente tan desconocido como fascinante que si en algún momento deslumbró por lo blanco de su hielo, hoy preocupa justamente por su ausencia.
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