Por Andrea Moreno Espinosa
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Se encuentra a 65 kilómetros al suroeste de Santiago, en Paine. La Laguna Aculeo es una de las principales reservas ecológicas de la Región Metropolitana. Protagonista y víctima de la crisis climática. 11 años bajo un escenario grave, preocupante y con salidas poco idóneas al problema real. Hoy las lluvias prendieron una pequeña luz en el sombrío camino de la escasez. El agua caída provocó que se juntara en sus vetas, que se encontraban en sequía absoluta.

Jadille Mussa, académica de la Escuela de Arquitectura del Paisaje de la UCEN, hace un recuento del panorama y asegura que la sequía en la zona central, que se ha desarrollado por más de 10 años, ha provocado que las escasas precipitaciones experimentadas antes de 2020 no llegará a ingresar a las profundidades de la tierra producto de la erosión, la sequedad de la superficie que no ha permitido que estas ingresen a capas más profundas de la tierra.

Esto ha provocado una importante disminución del agua capturada en las napas subterráneas, con resultado de pozos con niveles de agua cada vez más profundos, e incluso secos.

“Este escenario hoy se ve más esperanzador con las lluvias que se han producido en junio y julio, pudiéndose recuperar los acuíferos de la zona central, aportando a las reservas ya casi extintas en zonas que han resentido con mayor impacto la falta de agua en especial en las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins y Maule. Sensibilizado en especial en zonas como Petorca y Til Til que sumado a la pandemia hay personas que no tiene agua potable y sólo es suministrada por camiones aljibes, ya que sus acuíferos no pueden suministrarles este recurso vital”, afirmó Mussa.

Sin embargo, el futuro del lugar sigue siendo la gran incógnita. La última década las precipitaciones disminuyeron un 38%, dejando el lugar prácticamente desértico. Entonces, frente a la pregunta si estas últimas lluvias son una solución definitiva, se entiende que no, pero contribuye a mejorar el panorama que ha vivido el último tiempo.

Para Mussa, el aumento de precipitaciones ha generado un nuevo escenario muy esperanzador, ya que este invierno 2020 el déficit se ha reducido en aproximadamente un 50%. El aumento de lluvia se debe a un aumento de temperatura en el mar que ha provocado que se generen ríos de nubosidad que llevan mayor carga de agua y que han permitido que existan estas precipitaciones intensas que han reducido de manera importante el déficit antes mencionado, en especial en la zona centro del país, recargando las reservas de la tierra que son las napas subterráneas y aumento de nieve en la cordillera que nos permiten tener reservas para el verano.

“Eso sí, aún viviremos con la incógnita de qué pasará lo próximos años producto de la crisis climática experimentada en el planeta. Por lo que mejorar el uso del agua, cambiar leyes que protejan el recurso y mantener glaciares y napas subterráneas nos harán adaptarnos mejor a las contingencias climáticas mundiales, en especial siendo el agua un recurso de derecho humanos primordial”, aseguró Mussa.

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