Por Constanza Cabrera
Agencia UNO

25 cajas con 60 panales. Casi 10 mil abejas aletearon sus alas frente al Palacio de La Moneda, en medio del asfalto caluroso y los pasos temerosos de los transeúntes que, con sus manos, cubrían sus rostros de los minúsculos aguijones.

La llegada masiva de los insectos en horas de la mañana del 3 de enero no se produjo por casualidad, sino que fue parte de una manifestación de un grupo de apicultores de la comuna de Colina, quienes protestaron por la intensa sequía que afecta al sector y la políticas relacionadas a la preservación de las abejas, que poseen un rol clave en la biodiversidad del planeta.

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En concreto, exigieron al Estado financiamiento para sus cajones, mayor fiscalización a los fondos y medidas de protección ante la falta de agua y la reducción de los ecosistemas para la polinización. Durante el último tiempo, Chile está experimentando una alteración en el régimen pluviométrico de las precipitaciones y un déficit de aguas que lleva alrededor de 10 años en el territorio.

Colina, que fue declarada como “zona de catástrofe por sequía” en septiembre de 2021 por el Ministerio de Obras Públicas, forma parte del porcentaje significativo de la región Metropolitana que está siendo afectado por el cambio climático. En la capital de la Provincia de Chacabuco, aunque se ha reducido la agricultura y apicultura, aún muchas familias dependen de esas actividades para subsistir, por ello este escenario resulta crítico para los habitantes.

“Las abejas se están muriendo por la sequía”, dijo el apicultor José Iturra a los medios de prensa en la protesta. El río Colina, uno de los principales afluentes de la zona para los cultivos, está seco.

Ya lo advirtió la FAO en 2019: el país está "muy por debajo de las colmenas necesarias para satisfacer las demandas de los agricultores". Las abejas melíferas polinizan muchos de los principales cultivos de exportación chilenos y con su labor "ayudan a sostener la industria alimentaria de Chile con un valor aproximado de 34.000 millones en ventas anuales", según Reuters.

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La mantención de los equilibrios ecosistémicos

En conversación con Futuro 360, el presidente de la Red Apícola Nacional, Misael Cuevas, desde las oficinas de la organización, manifestó si bien "no compartió el método de exponer a abejas a la alta circulación peatonal" sí valoró la visibilización que obtuvo este problema.

"La manifestación fue una iniciativa de los apicultores de Colina y nosotros no estábamos informados, sin embargo lo valioso es que puso este tema en el debate público y ciudadano", dijo. De los 8 mil apicultores inscritos en la red, el 86% son pequeños productores con menos de 300 colmenas, distribuidos en distintos territorios. Este rubro estratégico, está en manos de familias y pequeños apicultores.

"La abeja (Apis mellifera) en sí misma es un insecto introducido en Chile y fueron orientadas a la polinización. También se han introducido otros abejorros, pero la importancia mayor se le ha dado a los últimos 40 años porque ha sido un factor productivo clave", explicó.

Apis mellifera/Ivar Leidus.

"Nosotros vemos a la tierra como productora de alimento y no como productoras de mercancía. Nuestro foco es la producción alimentaria", agregó. Existen múltiples causas que han incidido en este problema, como la sequía, el cambio climático, pesticidas, entre otros.

Un problema de Estado

La mayoría de las casi 30 mil especies de abejas en el mundo son polinizadoras naturales eficaces, responsables del 75% de los cultivos alimentarios y el 85% de las plantas dependen directa o indirectamente de ellas. La falta de abejas va a incidir en los alimentos y en el equilibrio ecosistémico, como la flora y la biodiversidad botánica.

"Este es más un problema de Estado que de gobierno. La nueva constitución puede abrir fases para la promoción del desarrollo de la apicultura", sostuvo. El país suscribió al cumplimiento de los compromisos internacionales ante la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático y a juicio de Misael, los polinizadores son garantes de su preservación.

"Si queremos enfrentar una estrategia de mitigación del cambio climático, las abejas son sumamente relevantes. Hay que darle un valor productivo, pero también como una instancia estratégica del Estado para la mantención de los equilibrios ecosistémicos", dijo.

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